Pasan tantas cosas mientras estoy haciendo, buscando, encuentro sorpresas y una de ellas me está haciendo llorar como un niño, lloro como si se estuviera lavando un paño ensuciado por el destino que necesita desintegrar las escaras con que se me blinda el alma, a veces, de dolores.
Esta persona que me hace llorar es un artista, un cantante soberbio con una soberbia orquesta.
Todo comenzó en el medio de una canción que fue cortada con un profundo y extenso silencio, el valor del silencio en la música es precioso, pone en el punto céntrico de la carne del sentir, el valor de la armonía, para expresarnos de esa manera, donde lo sutil remarca la fortaleza de nuestra delicadeza de seres vivientes, y creo, que es eso lo que me hace llorar más, y al decir esto que acabo de decir, otra vez las lágrimas vienen a mí, de forma tal, que me es bastante difícil llorar y escribir al mismo tiempo.
Hago fuerza para no derramarme, estoy en silencio, amanece afuera de mi casa, cada cual estará en lo suyo ignorando que en un lugar del mundo, un hombre grande llora como un chico, porque entiende cual es la clase de ser que lo habita, artista, por eso artista, no por tener el poder de llorar, ¡qué grande poder mi poder, el de hacerlo a esta edad, tan frescamente como cuando jugaba en mi infancia, y algo que me conmovía, sacudía mis raíces transparentes, que no comprendían, como ahora no comprenden, cómo entre la barba le corren las gotas como río desde la lanzadera de la mejilla al pantalón, inclinado, rezando esta canción íntima que necesito decir!
Artista no por escenarios, distinciones, sucesos, artificiales fuegos, posiciones estratégicas, especulaciones de mercado, respetos comprados, artista por no tener red para mi alma que se abre derramándose y a veces, cuando no sé qué es lo que se ilumina, puedo esculpir, pintar, escribir, decir a alguien íntimamente, desde ese sitio de luz que no tiene fronteras ni las quiere.
Tengo que secarme las lágrimas y no puedo, pues si me detengo, tengo terror que también seque mis palabras, debo aguantar, debo hacerlo, mi obligación es que salga todo, una vez hecho esto, veré como me las arreglo, la vida del artista no le pertenece a él ni a nadie, es del aire, de esa fuerza que viene sorpresiva, desabrocha todo sin pedir permiso y nos pone al baile a aquellos desmedidos que no nos resistimos a él.
Luego las técnicas, las escuelas, el oficio, en una palabra: la cultura, aquello que es todo lo adquirido.
Las lágrimas, nada tienen que ver con eso, las lágrimas, son primero.
Sé que estoy en un momento de resistencia, de resistencia en silencio que me pone en un lugar donde leer debilidad es muy fácil, de nadie pido compasión y menos de mí mismo, mi corazón, mis ideales e ideas, mi espera ha por el momento justo, alguna mano solidaria en medio de la lluvia ácida a la que estoy sujeto, me salvan.
Los momentos así son los que definen a quienes se preservan. Las lágrimas primero.
El gato abrió la puerta, trepó a la silla de la radio al costado de mi escritorio, sé que me miró pues sin levantar vista de las teclas mi visión periférica registró su intención de saludo, bajó inmediatamente sin que ningún gesto le hiciera, hubiera subido en otras condiciones a mi escritorio a refregar su cabeza, como le gusta que hagamos, cada vez que sale por ahí a hacer el gusto de su vida, respeta mi gusto, a mis espaldas come inclinado sobre su comedero como yo estoy inclinado en el mío, también él entiende, los animales tienen abierto ese canal naturalmente, nosotros, a educación, enseñados, lo cerramos, perdiéndonos de nuestras lágrimas, nuestras tan necesarias lágrimas que a nosotros vienen no por mostrar debilidad ante otros, si no por un hecho íntimo de manifiesta fortaleza que se permite el deshacer.
Sin ese deshacer, hacer, imposible, ¿qué comprenderías entonces?
Soy y mi circunstancia, hace tiempo que estoy decido, me decidí un día, totalmente claro.
Creo que hasta aquí llegué, hora de despedirse, ya dije demasiado.
La guía dicha, la punta del cabo, arrojada, la mano, con la palma hacia arriba, escritura abierta, ha por sujetarte, en el plexo no hay abismo, escucha desde lo profundo, acciona.
Ricardo Marcenaro
PD.
Sobre lo que escuchamos diré que este es un magnífico ejemplo de cómo se usa una orquesta al servicio de un inmenso cantante popular, sin disfrazar en presunción clásica, en el espíritu del delicado sentir del cantante, sin saturar de manierismo ni abundancia de acordes que imponiendo mal gusto en una pseudo intención clásica, remueva el espíritu de lo que se manifiesta.
Ejemplos contrarios a este, el sinfónico de Serrat o de Cerati en el Colón, donde se buscó una grandilocuencia, que no benefició a ambos casos citados, ni el espíritu de la letra, la forma de expresar de los cantantes.
Recordé estos dos nombres pero hay una lista grande, pues generalmente se cae en este error de dar una impresa Mozartiana a aquello que en su espíritu no lo tiene, falsificando de esa forma, por defecto y efecto, ambas partes.
Por eso hay que destacar el impecable trabajo del arreglador y director de la Dutch Metropole Orkest (Orquesta Metropolitana Holandesa), como de sus músicos, en el recital que Anthony & The Johnsons dieran en el bellísimo Teatro Carré de Amsterdam en junio 21 de 2009. (Lista del programa con los links a las canciones en este link: http://www.taringa.net/posts/tv-peliculas-series/3141706/Antony-Eamp;-The-Johnsons-w_-Metropole-Orkest-Live-Holland-.html)
De Anthony, ¿qué se puede decir?, es inmenso, desborda sensibilidad, tino, buen gusto, extenso conocimiento, humanidad lumínica y positiva, amabilidad, sentido del saber expresar los valores de las palabras que relatan en una letra los sentimientos de una forma en que solo quienes interpretan pueden llegar a tocar ese círculo mágico y secreto en el que se desenvuelve el verdadero arte.
Me emocionó mucho, me dio a entender más.
¿Qué más se le puede pedir a alguien que nos ama, a un artista, a alguien destinado a dar, como es la misión de quien hace arte, que es de hacerle a las nobles verdades?
RM
Hago fuerza para no derramarme, estoy en silencio, amanece afuera de mi casa, cada cual estará en lo suyo ignorando que en un lugar del mundo, un hombre grande llora como un chico, porque entiende cual es la clase de ser que lo habita, artista, por eso artista, no por tener el poder de llorar, ¡qué grande poder mi poder, el de hacerlo a esta edad, tan frescamente como cuando jugaba en mi infancia, y algo que me conmovía, sacudía mis raíces transparentes, que no comprendían, como ahora no comprenden, cómo entre la barba le corren las gotas como río desde la lanzadera de la mejilla al pantalón, inclinado, rezando esta canción íntima que necesito decir!
Artista no por escenarios, distinciones, sucesos, artificiales fuegos, posiciones estratégicas, especulaciones de mercado, respetos comprados, artista por no tener red para mi alma que se abre derramándose y a veces, cuando no sé qué es lo que se ilumina, puedo esculpir, pintar, escribir, decir a alguien íntimamente, desde ese sitio de luz que no tiene fronteras ni las quiere.
Tengo que secarme las lágrimas y no puedo, pues si me detengo, tengo terror que también seque mis palabras, debo aguantar, debo hacerlo, mi obligación es que salga todo, una vez hecho esto, veré como me las arreglo, la vida del artista no le pertenece a él ni a nadie, es del aire, de esa fuerza que viene sorpresiva, desabrocha todo sin pedir permiso y nos pone al baile a aquellos desmedidos que no nos resistimos a él.
Luego las técnicas, las escuelas, el oficio, en una palabra: la cultura, aquello que es todo lo adquirido.
Las lágrimas, nada tienen que ver con eso, las lágrimas, son primero.
Sé que estoy en un momento de resistencia, de resistencia en silencio que me pone en un lugar donde leer debilidad es muy fácil, de nadie pido compasión y menos de mí mismo, mi corazón, mis ideales e ideas, mi espera ha por el momento justo, alguna mano solidaria en medio de la lluvia ácida a la que estoy sujeto, me salvan.
Los momentos así son los que definen a quienes se preservan. Las lágrimas primero.
El gato abrió la puerta, trepó a la silla de la radio al costado de mi escritorio, sé que me miró pues sin levantar vista de las teclas mi visión periférica registró su intención de saludo, bajó inmediatamente sin que ningún gesto le hiciera, hubiera subido en otras condiciones a mi escritorio a refregar su cabeza, como le gusta que hagamos, cada vez que sale por ahí a hacer el gusto de su vida, respeta mi gusto, a mis espaldas come inclinado sobre su comedero como yo estoy inclinado en el mío, también él entiende, los animales tienen abierto ese canal naturalmente, nosotros, a educación, enseñados, lo cerramos, perdiéndonos de nuestras lágrimas, nuestras tan necesarias lágrimas que a nosotros vienen no por mostrar debilidad ante otros, si no por un hecho íntimo de manifiesta fortaleza que se permite el deshacer.
Sin ese deshacer, hacer, imposible, ¿qué comprenderías entonces?
Soy y mi circunstancia, hace tiempo que estoy decido, me decidí un día, totalmente claro.
Creo que hasta aquí llegué, hora de despedirse, ya dije demasiado.
La guía dicha, la punta del cabo, arrojada, la mano, con la palma hacia arriba, escritura abierta, ha por sujetarte, en el plexo no hay abismo, escucha desde lo profundo, acciona.
Ricardo Marcenaro
PD.
Sobre lo que escuchamos diré que este es un magnífico ejemplo de cómo se usa una orquesta al servicio de un inmenso cantante popular, sin disfrazar en presunción clásica, en el espíritu del delicado sentir del cantante, sin saturar de manierismo ni abundancia de acordes que imponiendo mal gusto en una pseudo intención clásica, remueva el espíritu de lo que se manifiesta.
Ejemplos contrarios a este, el sinfónico de Serrat o de Cerati en el Colón, donde se buscó una grandilocuencia, que no benefició a ambos casos citados, ni el espíritu de la letra, la forma de expresar de los cantantes.
Recordé estos dos nombres pero hay una lista grande, pues generalmente se cae en este error de dar una impresa Mozartiana a aquello que en su espíritu no lo tiene, falsificando de esa forma, por defecto y efecto, ambas partes.
Por eso hay que destacar el impecable trabajo del arreglador y director de la Dutch Metropole Orkest (Orquesta Metropolitana Holandesa), como de sus músicos, en el recital que Anthony & The Johnsons dieran en el bellísimo Teatro Carré de Amsterdam en junio 21 de 2009. (Lista del programa con los links a las canciones en este link: http://www.taringa.net/posts/tv-peliculas-series/3141706/Antony-Eamp;-The-Johnsons-w_-Metropole-Orkest-Live-Holland-.html)
De Anthony, ¿qué se puede decir?, es inmenso, desborda sensibilidad, tino, buen gusto, extenso conocimiento, humanidad lumínica y positiva, amabilidad, sentido del saber expresar los valores de las palabras que relatan en una letra los sentimientos de una forma en que solo quienes interpretan pueden llegar a tocar ese círculo mágico y secreto en el que se desenvuelve el verdadero arte.
Me emocionó mucho, me dio a entender más.
¿Qué más se le puede pedir a alguien que nos ama, a un artista, a alguien destinado a dar, como es la misión de quien hace arte, que es de hacerle a las nobles verdades?
RM
Ricardo Marcenaro
Sculptures – Esculturas
http://ricardomarcenaro.ning.com/
Ricardo M Marcenaro - Facebook
Blogs in operation of The Solitary Dog:
Solitary Dog Sculptor:
http://byricardomarcenaro.blogspot.com
Solitary Dog Sculptor I:
http://byricardomarcenaroi.blogspot.com
Para:
comunicarse conmigo,
enviar materiales para publicar,
propuestas comerciales:
marcenaroescultor@gmail.com
For:
contact me,
submit materials for publication,
commercial proposals:
marcenaroescultor@gmail.com
Diario La Nación
Argentina
Cuenta Comentarista en el Foro:
Capiscum
My blogs are an open house to all cultures, religions and countries. Be a follower if you like it, with this action you are building a new culture of tolerance, open mind and heart for peace, love and human respect.
Thanks :)
Mis blogs son una casa abierta a todas las culturas, religiones y países. Se un seguidor si quieres, con esta acción usted está construyendo una nueva cultura de la tolerancia, la mente y el corazón abiertos para la paz, el amor y el respeto humano.
Gracias :)
No hay comentarios:
Publicar un comentario