Ricardo Marcenaro bitácora:
Hagámonos, seamos muchos. 01-07-10
1.
Como nadie comentó en el blog ni en el Fb la invención que hice del fatídico rayo del Bisagra Ordoñez, dije, “mejor me dejo de inventar”, pensé, me salió una verdadera porquería, si lo reviso, seguro coincido conmigo, jaja.
Hoy mirando dentro de las funciones del blog veo que alguien de Bulgaria, sí, de Bulgaria, estaba leyendo el primer capítulo de lo que pienso serán dos, me jodió, ahora tengo que seguir el cuento, que sé a dónde iba, aunque muy claro no tenga como lo termino, ni cómo decirlo, no soy escritor literario, escribiente tan solo o escriba si es que es alguien me está dictando desde algún lugar (entre nosotros, si es así, el desgraciado podría dictarme en mejor estilo, lo bien que me vendría un premio, no por la copa o la distinción pues se premia a cada bruto…, por el dinero, que en este momento lo necesito desesperadamente, aunque no me desespere, la mano en el hombro siento de Dios y algunos amigos, ¡qué mejor premio?)
Me debo a mi público búlgaro, no puedo desilusionar a ese ser que se ha quedado con el continuará y que seguro se ha tomado el trabajo de traducirlo, ¿cómo será mi cuento en ese idioma?, ¿Qué tono tomará, si traducido, en las deformaciones, cuenta otro cuento, aún más interesante que el que escribo?, ¿deberé escribirlo en búlgaro para que me salga bien bueno?, jajaja
Cosas de la net, que la verdad, agradezco por tanto que me ha pasado desde el día que la emprendí con ella, pues la carga que hice de conocimientos, de gestos de todo tipo, agradable y detestables, serán segura influencia para lo que venga en el futuro.
2.
Lo bueno de hacer y hacer es que haciendo no te das cuenta de los alcances de todo lo que estás haciendo.
Muchas veces en mi vida he dicho a la gente que el trabajo que uno hace es una carta al aire, un mensaje que alguien recoge sin que no enteremos. Tratando de acentuar el hacer y no esperar, lo que por supuesto se espera: ser aprovechado por alguien, que alguien te acepte el convite, que de ahí nunca sabes lo que ha de salir, hay veces que las sorpresas son grandes.
Si no te das, si no das, si no hechas a rodar generosamente esa carta, sin trampas ni intereses, lealmente, en transparencia, honestamente mostrándote tú, ¿cómo quieres que algo te suceda?, solo así me explico, de tanto hecho que no es nada, me siento en culpa, que tanto me haya pasado, que a tantos conozca.
Volviendo a los temas del blog, no entiendo, por ejemplo, porqué el post de Lady Hamilton tiene tanto éxito, sé que es una buena recopilación, la ven de todas partes del mundo y muy seguido, me intriga, esto acentuadamente en los países anglosajones, quizás como latino, no me doy cuenta del significado cultural que tiene, deberé estudiar más.
También, si me pongo a analizar todo, freno el ritmo de bajada que quiero me libere de lo que sé, por vaciarme, regresar a la escultura encontrando un punto de equilibrio en este tour de fuerza que hago para edificar las bibliotecas de libre acceso, aunque para complicarme se me ocurrió formar una exclusivamente para niños, con una visión muy particular, pero mejor me salvo de mi mismo.
Salvarse de uno mismo, qué gran cuestión, cuántas veces debemos hacerlo…
Es parte de la autoeducación, repartir prioridades, administrar tiempos, energías, dinero cuando lo tenía, já!, ahora administro paltas que bajo del árbol, naranjas y mandarinas también de mi jardín, las bibliotecas engordan, eso es lo único que me importa, así hice con la escultura, hasta pasé por hambres por hacer mi obra, pero por hambre hago, un día seré satisfecho.
Lo que importa es que esté satisfecho de mí, de mi conducta casi espartana, ya está, así aseguro dormir tranquilo, di hasta el máximo.
Otro diría, en mi posición, lamentándose: “mi vida es un desastre”, Ricardo lo da vuelta: “mi desastre es una vida”, que no quiere decir nada aunque tenga ecos, con lo que se suspende la queja, el lameteo, y a seguir haciendo, que se quejen los inútiles, los pasivos, los que dicen que no pueden, inclaudicablemente sigo pudiendo, siempre se puede si te lo permites y no lloras por los precios, ¿qué?, ¿lo querías sin precios?, jajaja, ¡qué idiota, qué cretino e incapaz eres si así piensas!, peor aún si para hacer o edificarte te vendes, mucho peor, ¿no conoces el sentido de la palabra estoico?, ¿crees que es una palabra de museo?…
3.
Tres más uno son cuatro, este y el otro, invéntalos tú.
Tres y cuatro y mis dos y los dos y tres de otros: ¡hagámonos, seamos muchos!
Nos estamos viendo.
Ricardo Marcenaro
1.
Como nadie comentó en el blog ni en el Fb la invención que hice del fatídico rayo del Bisagra Ordoñez, dije, “mejor me dejo de inventar”, pensé, me salió una verdadera porquería, si lo reviso, seguro coincido conmigo, jaja.
Hoy mirando dentro de las funciones del blog veo que alguien de Bulgaria, sí, de Bulgaria, estaba leyendo el primer capítulo de lo que pienso serán dos, me jodió, ahora tengo que seguir el cuento, que sé a dónde iba, aunque muy claro no tenga como lo termino, ni cómo decirlo, no soy escritor literario, escribiente tan solo o escriba si es que es alguien me está dictando desde algún lugar (entre nosotros, si es así, el desgraciado podría dictarme en mejor estilo, lo bien que me vendría un premio, no por la copa o la distinción pues se premia a cada bruto…, por el dinero, que en este momento lo necesito desesperadamente, aunque no me desespere, la mano en el hombro siento de Dios y algunos amigos, ¡qué mejor premio?)
Me debo a mi público búlgaro, no puedo desilusionar a ese ser que se ha quedado con el continuará y que seguro se ha tomado el trabajo de traducirlo, ¿cómo será mi cuento en ese idioma?, ¿Qué tono tomará, si traducido, en las deformaciones, cuenta otro cuento, aún más interesante que el que escribo?, ¿deberé escribirlo en búlgaro para que me salga bien bueno?, jajaja
Cosas de la net, que la verdad, agradezco por tanto que me ha pasado desde el día que la emprendí con ella, pues la carga que hice de conocimientos, de gestos de todo tipo, agradable y detestables, serán segura influencia para lo que venga en el futuro.
2.
Lo bueno de hacer y hacer es que haciendo no te das cuenta de los alcances de todo lo que estás haciendo.
Muchas veces en mi vida he dicho a la gente que el trabajo que uno hace es una carta al aire, un mensaje que alguien recoge sin que no enteremos. Tratando de acentuar el hacer y no esperar, lo que por supuesto se espera: ser aprovechado por alguien, que alguien te acepte el convite, que de ahí nunca sabes lo que ha de salir, hay veces que las sorpresas son grandes.
Si no te das, si no das, si no hechas a rodar generosamente esa carta, sin trampas ni intereses, lealmente, en transparencia, honestamente mostrándote tú, ¿cómo quieres que algo te suceda?, solo así me explico, de tanto hecho que no es nada, me siento en culpa, que tanto me haya pasado, que a tantos conozca.
Volviendo a los temas del blog, no entiendo, por ejemplo, porqué el post de Lady Hamilton tiene tanto éxito, sé que es una buena recopilación, la ven de todas partes del mundo y muy seguido, me intriga, esto acentuadamente en los países anglosajones, quizás como latino, no me doy cuenta del significado cultural que tiene, deberé estudiar más.
También, si me pongo a analizar todo, freno el ritmo de bajada que quiero me libere de lo que sé, por vaciarme, regresar a la escultura encontrando un punto de equilibrio en este tour de fuerza que hago para edificar las bibliotecas de libre acceso, aunque para complicarme se me ocurrió formar una exclusivamente para niños, con una visión muy particular, pero mejor me salvo de mi mismo.
Salvarse de uno mismo, qué gran cuestión, cuántas veces debemos hacerlo…
Es parte de la autoeducación, repartir prioridades, administrar tiempos, energías, dinero cuando lo tenía, já!, ahora administro paltas que bajo del árbol, naranjas y mandarinas también de mi jardín, las bibliotecas engordan, eso es lo único que me importa, así hice con la escultura, hasta pasé por hambres por hacer mi obra, pero por hambre hago, un día seré satisfecho.
Lo que importa es que esté satisfecho de mí, de mi conducta casi espartana, ya está, así aseguro dormir tranquilo, di hasta el máximo.
Otro diría, en mi posición, lamentándose: “mi vida es un desastre”, Ricardo lo da vuelta: “mi desastre es una vida”, que no quiere decir nada aunque tenga ecos, con lo que se suspende la queja, el lameteo, y a seguir haciendo, que se quejen los inútiles, los pasivos, los que dicen que no pueden, inclaudicablemente sigo pudiendo, siempre se puede si te lo permites y no lloras por los precios, ¿qué?, ¿lo querías sin precios?, jajaja, ¡qué idiota, qué cretino e incapaz eres si así piensas!, peor aún si para hacer o edificarte te vendes, mucho peor, ¿no conoces el sentido de la palabra estoico?, ¿crees que es una palabra de museo?…
3.
Tres más uno son cuatro, este y el otro, invéntalos tú.
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Nos estamos viendo.
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