Hola, señora y señor,
Aquí está su bien amado,
En Buenos Aires no hace calor,
Por eso soy su monje acolchado.
Que feliz que estoy con mí destino,
Viendo pasar palomas en el cambiante
Peregrinan por los aires, trasformados en pingüinos,
Así es la Argentina de picante.
Nos encantan nuestras sensaciones,
No somos un país que ame la demagogia,
Es que solo nos brindamos de corazones,
Al bienestar de la villa reina de la psico-logia.
No tenemos temperatura sino sensación térmica,
Pues nos gusta gozar de un diván de novedades,
Ser argentino es tener desarrollada las virtudes dérmicas,
Y saltar de contentos ante nuestras frialdades…, …o frivolidades.
RM
Poesía:
Ricardo Marcenaro
El Desierto
20
El monje Acolchado y su cantito Argentino
Tu eres genial! muy bueno!!!!!! tqm!
ResponderEliminarGenialmente ridículo, será... jajaja Yo también te quiero mucho Mónica, tú lo sabes también como yo de tí :)
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