Cachi - Salta province - Argentina: Ricardo Marcenaro bitácora - El día que hice saltar a todo el mundo en el boliche de Juan Liendro. Cachi. Provincia de Salta. Argentina

Posted by Ricardo Marcenaro | Posted in | Posted on 23:58






 Un día descubrí accidentalmente la actitud humana frente al televisor, sucedió en Cachi, provincia de Salta, Argentina.

En ese pueblo viví, iba muy seguido a comer a un pequeño boliche frente a la plaza que tenía buena cocina, siempre estaba limpio, el precio era muy accesible con lo que la combinación, agregada a las formas de sus dueños, encantadores, lo hacían deseable.

El boliche era el de Juan Liendro, porque en los pueblos todos tiene nombre, más que en las ciudades, es más personal la cosa.

El lugar tenía las dimensiones de un dormitorio, no creo que llegara a los cuatro por cuatro metros, menos aún, entraban pocas mesas, yo tenía la mía, me gustaba comer adentro, habían mesas en la vereda alta, de un metro de alto más o menos, por lo que uno estaba como en un mirador, a las mesas de afuera iba cuando nos juntábamos con amigos del pueblo o cuando llevaba mis anotadores o la máquina de escribir portátil, una Lettera italiana con letras de manuscrito, chata, portátil, encantadora, que era como tenerlo a mi viejo en la mesa, ya que a él le había pertenecido.

Con esa máquina de escribir, desarrollaba los textos que luego leería en mi programa de radio, “Reflexiones, un programa para el pensamiento”, en la FM local.

Ese día el lugar estaba a reventar y la única mesa que quedaba libre era la que menos me gustaba, en un rincón, justo bajo el televisor, que en el ángulo superior de la habitación se encontraba, para peor, los programas que elegían los parroquianos, generalmente, eran terribles.

Iba una muchachada de jóvenes a deglutir pizzas y especiales de lomito, en cambio yo me deleitaba con la empanadas que eran de colección, cuando había humitas era total el lujo, Lidia la mujer d Juan era una gran cocinera, si había locro, era una fiesta y siempre había un plato del día, fuerte, contundente, guiso de de lentejas, bifes con puré, pero las empanadas con picante de aperitivo y la botella de cerveza Salta, eran sagradas.

No tenía nada que mirar, escribir con ese bochinche era imposible, afuera creo que había viento, que allá cuando hay viento, se levanta una tierra que la he visto por atoboganarse en los cerros y salir despedido para arriba, quedar, ya cesado el viento y limpio el aire del pueblo, colgado como nube marrón muy alto, en la atmósfera, lejos del pueblo, que en contraste con el celeste rabioso del cielo de aquellos lares daba una impresión destacable.

Entonces empecé a mirar los rostros de los chicos, todos mirando al televisor, extendían las manos sobre el plato prendiendo la hamburguesa o el sándwich de lomito sin sacar la vista de la pantalla, lo mismo con las bebidas, las caras inclinadas hacia arriba, los cuellos estirados, las bocas entreabiertas, interrumpiendo masticaciones, según lo que pasara en la acción que la película que veían les proponía, los ojos redondeados, especialmente los párpados inferiores, eso me llamó mucho la atención.

Cuando uno dice embobados, esa era la situación de esas veinte cabecitas que brotaban de los asientos, más unos quince más que parados se distribuían en el portal y al lado de la barra, sin querer perderse, el programa.

Como era el único que no veía, comenzaba, ya terminado de comer, a aburrirme, a la vez que estaba extasiado viendo el espectáculo del espectáculo, eso me pareció muy rico, muy interesante, como si todo se hubiera dado vuelta y a través de las caras, yo mismo, acompañado por los sonidos, fuera viendo una película interpretada por los rostros, aquello era muy extraño, tenía cada vez más puesta la atención en ello.

Choque entre la costumbre, el deseo de hacer lo habitual en el habitual lugar donde uno se siente dueño y la novedad, donde todo es nuevo, aunque sea en el mismo espacio donde uno se copia día a día, seguro de que en esa repetición se está cómodo.

Entonces la película, a través de la música que iba in crescendo más la actitud de los rostros que más abobados se ponían, más abriendo ojos y bocas, preparaban el estupendo remate de la acción, entonces aquello me parecía muy cómico y reflexionaba que así estaría yo cuando veía, con esa misma cara, más gracia me daba pensar que uno se volvía tan idiotamente pasivo.

Soy una persona de mucho humor, veía los pasos de la música, conozco muchas de las trampas del cine, cómo van los realces, no necesitaba ver imágenes, el crescendo obsesivo lo marcaba todo, crecía y crecía y se extendía cada vez, paso a paso, alzando el volumen y acortando el espacio entre la secuencia de las notas musicales a la vez que acelerándolas.

Dejé que creciera y creciera, ya sabía lo que iba a hacer, estaba totalmente concentrado en tener el tino de hacerlo en el momento justo, escuchaba y los miraba, escuchaba y los miraba y tenía que sujetarme para no hacer nada que me develara y los sacara de ese hechizo poderoso en el que se encontraban totalmente envueltos, suspendidos.

Entonces, luego de esperar unos minutos cuando parecía que no llegaría más mi momento y ante la música que ya marcaba el sumun, la apoteosis orgásmica del suspenso, pegué un alarido tan pero tan fuerte que los treinta o cuarenta saltaron de sus mesas como si hubiera explotado una bomba en medio del boliche, jajaja, había que verlos espantados, jajaja, cómo les corté el mambo de un saque.

Lo recuerdo y estoy llorando de risa, fue genial!!!

“Pero gringo, déjate de hinchar”, más las risas luego del susto de todos, volverse a sentar, muertos de risa, “qué bárbaro gringo, sos un salvaje” jajaja!!!

Tenían que ver cómo de rápido les cambió la cara. No hay caso, nunca he podido pasar discretamente por la vida de nadie, es un Karma, joderse. Jajaja


Ricardo Marcenaro














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Comments (8)

jjajajajajajjaa muy bonito, eh? un nene. Menos mal q no estaba yo entre los embobados esos, porque yo tengo otro karma, cuando me asusto busco protegerme anulando la fuente emanadora de peligro, es un acto reflejo jajajjajjaa y puedo desde pegarte una cachetada a revolearte una mesa por la cabeza, si me dan dos segundos para pensar no lo hago, pero no me los desssssssss Sos un genio y lo sabés así que no sé por qué te lo digo. Un placer. Te tengo en mi facebook. Soy Reve.

Cada vez que lo releo, como recién, lo escribí esta noche, asi que salió crudo, igual no hago literatura, lo mío es testimonio vivo, si es que se salva, pero con esto me pasa que me hace reír mucho porque la situación fue genial, tenías que ver a los coyas saltar, es gente muy tranquila, silenciosa, discreta, son divinos, yo los amo y los defendí mucho en el pueblo contra las cretinadas de los políticos o la clase alta de ahi, blancos. Jaja esas caras...
Me tirás una cachetada y te mastico la mano, jajaja peor que patán, jajaja
Ni loco te daba un segundo de pensar, ahi está el secreto, la sorpresa total, he colgado a tipos del doble de mi tamaño, soy alto, 1.87, pero flaco aunque por mi oficio y la naturaleza, fibroso y fuerte, tengo que levantar grandes pesos, mis reacciones son muy rápidas y en ese ganar de mano el otro ya no sabe que hacer, jajaja, tenía un tío cura que era igual, tenia un auto de carrera que le regalo Fangio, imaginate lo que era ese tipo.
El otro día, en un comentario de solo risas no había entendido porqué, por eso pregunté, me gusta ser transparente, no quedarme con la espina de nada, que eso trae malos entendidos.
Me alegra que te haya gustado, gracias por tus palabras, me encanta cuando alguien comenta aquí.
Ocurrente no más, a veces con alguna chispa, prefiero no ser nada, así estoy más en mí, pero gracias, es verdad, jajaja
Besos Reve, guarda con el tridente :)

Bien bien, igual a lo de genio lo decía por lo que hacés, los creadores de arte para mí son especiales...y los que se quieren comer el mundo y buscan saber y saber y saber, también.
No entendí lo que decís acá >> "El otro día, en un comentario de solo risas no había entendido porqué, por eso pregunté, me gusta ser transparente, no quedarme con la espina de nada, que eso trae malos entendidos". Reve.

Genial...tu haces que yo entre a ese boliche y observe contigo... me encanto! eres aire, ráfaga de viento... por eso nunca pasas inadvertido tqm!

Eran una risas que dejaste sobre el encabezado del premio en Brasil, yo te pregunté, Reve, que que significaban las risas, vos no respondiste, a veces uno no recibe la notificación del facebook, yo no abro nunca mi mail del windows live con que estoy suscripto y si no recibo el aviso directo de la función que está en la parte superior del muro, se perdió.
Me paso miles de veces que yendo de visita a otros muros encontré respuestas a comentarios míos que no me habían siido notificados, es molesto pues la gente cree que uno no es cordial o que es desatento, error que trato de no cometer pues me interesa la gente y me considero una persona educada.
La palabra genio se aplica como un modismo, generalmente, de forma tal que es como que se ha devaluado y cuando encaro analisis de las obras de ciertos grandes artistas o pensadores y debo circunscribir la palabra, pues las amo y me gusta usarlas precisamente, definir la genialidad me parece una tarea imposible, me gusta una definición que combate esa noción, que aleja de la noción real de qué es lo que hay como respaldo de lo que llamamos genialidad, toneladas de ferviente trabajo, la definición que me gusta, que ahora no recuerdo que personaje la hizo dice: "soy una persona común que hace por momentos hace cosas especiales", eso voltea la noción de la aplicación de la palabra genio artista famoso, fashion y parecidas, que en final terminan plastificando y alejando de la verdad, que hay persona, que se es persona, que no hay nada molesto que cuando te miran como personaje.
Vos no sabés lo molesto que es que te reconozcan, no ser del común, que todo el mundo te quiera decir algo en la calle o que no puedas hacer nada que corras peligro que se publique y te destruyan, he estado a la mesa de gente muy famosa, con tipos en mesas vecinas que miran o cola de gente que espera que termines de comer para pedir un autógrafo.
Un amigo mío, Federico Manuel Peralta Ramos, que fue un tipo muy conocido en el ambiente del arte y en el social, siempre me decía, Ricardo, no tengas éxito.
Y tenía razón, el sabía muy bien de lo que hablaba y todos los consejos que me dio fueron los de un hombre buena, amigo de verdad que busca cuidarte de tu rpopio monstruo, a diario vemos lo que hace la gente, como se vende y se compra, por un poco de notoriedad con la que cree va a salvarse, tener significado, en una representación que no es más que eso, un operativo de la actuación condendo a caer destrozado por ausencia de mérito pleno de verdad, que es lo único que hace que las cosas pervivan y sobrevivan.
Ese comentario del premio tiene una raíz en un hecho real que ante una muestra importante que hice, me empezaron a llover ofertas absurdas que no se interesaban por mi espíritu, sino por el nombre que otros pensaban que hbía ganado, recuerdo una frase palabra que me dijo una amiga"llegaste", respondí de inmediato ¿a dónde?, entonces a las semanas partí a la montaña, me volví a hacer anónimo, necesitaba trabajar aspectos espirituales y de mi carácter más que seguir la bola que cualquiera hubiera seguido, y luego de tres años de anonimato y olvidado por la jauría, retorné, a seguir, pues todos los días se sigue empezando nuevamente como si nada se hubiera hecho.
Amo el conocimiento y ese es mi camino, la genialidad no se que es, esa es la verdad, prefiero la sabiduría, así me querría morir, habiendomele acercado bastante, seguro seré mucho mejor persona de lo que soy. El arte es un camino para eso, no para producir objetos como un fin,

Hola Mónica, cómo anda mi querida amiga? qué bueno que te lleve aire, eso no está nada mal, más viniendo de un empedernido fumador y asmático como yo, jajaja, casi un milagro, jaja
Tu sabes como me tomo las cosas lindas que me dicen, que no se como emprenderles.
Me gusta este recuerdo, tengo tantas historias en mi vida, pero no es fácil escribirlas, ésta tenía ganas de hablarse y salió solita, la sigo releyendo y se me hace presente aquel día, el lugar, a situación, los saltos y las caras y mi grito portentoso que te aseguro que asusta dragones, jaja
En realidad me saqué las ganas de eso que en la fantasía quieren hacer muchos en un cine con una película de suspenso, cuando era niño adoraba gritar en el mejor momento cuando la gente se exaltaba y tapaba mis gritos, siempre deseaba hacerlo un momentito antes y despavorirlos, jajaj me di el gusto de grande, jajaj como un niño, que gracias a Dios lo tengo bien vivo, aunque me lo hayan apaleado mil veces, con él me moriré, no pienso abandonarlo y espero que él no me abandone a mí.
Yo también te quiero mucho Mónica, espero que todas tus cosas estén yendo bien.
Un Abrazo :)

Hola Ricardo, me encantó tu testimonio y la forma de relatarlo así, del modo más simple y realista, sin formato, en verbo libre que es el estilo que más me agrada en las letras. Ese día, fue un episodio muy espontáneo y divertido en tu vida que me llevó a acompañarte en la risa. Un abrazo enorme desde Chile.
Verónica Sagredo H.

Mi amor al ridículo es enorme Vero. Me encanta reírme y sobre todo hacer reír, nunca me rio de, me río con, eso me gusta.
Cuando la gente se ríe, es notable como mejora, tenías que ver como cambió la onda de ese boliche, siguieron con la película, pero estaban todos sonrientes, hacer sonreír a tantos a la vez no estuvo nada mal.
Seguro que no se olvidan de eso, y sé que muchos de ellos, cuando lo recuerdan y me recuerdan, vuelven a sonreir como yo lko hago ahora escribínedote y recordándolos.
No soy una persona facil, pero sé que muchos sonríen cuando me recurdan, mis locuras segun ellos, ocurrencias no más, jugar, no perder esa cosa bella del juego que teníamos de niños y parecira que en el crecer alguien te lo ha prohibido, yo no comulgo con esa prohibición, a mi no me matan antes de tiempo.
Besote amiga, cuida mi Chile.

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