Ricardo Marcenaro bitácora: La Ley Del Menor Esfuerzo

Posted by Ricardo Marcenaro | Posted in | Posted on 1:09



De la poca gente que dejo entrar a mi casa, son más lo jóvenes que las personas ya hechas (por llamarles así pues las variables de lo que llamamos maduros es bastante discutible en la precisa acepción de la palabra).
No tengo mucho tiempo para dar en el trato personal, menos para divertirme (di-verter), tengo el foco puesto.
Verter en dos o más direcciones afloja el chorro, aleja el objetivo, ya me di-vertí bastante, esto que hago es un gozo, que a veces cansa pero lo disfruto, deja y dejará algo útil, una biblioteca pública, gratuita, de libre acceso, humanista, de buen gusto y contenidos, muchos ya lo aprovechan (5000 personas por mes y sigue creciendo) y espero que muchos más lo hagan.

Si a casa entran jóvenes es para que me aprovechen, lo hago en esa conciencia que no se si fijan muy bien, el tiempo lo dirá, lo que noto es en las costumbres: una gran indolencia.
Sé que a esa edad, recuerdo mis edades, muchas cosas distraen, aún no saben que la vida se hace con más No que con tantos Sí:
El que le dice sí a todo demuestra no conocer, se desperdicia no sabiendo seleccionar, pero:
¿Cómo aprender si no es equivocándose?
El gran tema es cuánto, y si las repeticiones son constantes o estacionadas en los mismos puntos.
Necedad se llama.

Iré al punto sobre el que me quiero centrar que no es una crítica dirigida a personas específicas, sino que quiere ser un análisis social de un sector de la sociedad:

Muchos de estos jóvenes que vienen, incluida mi última convivencia, tienen la particularidad, hablo de personas de digamos 20 a 30 años, de ser adolescentes prolongados.

Hablaré de eso: Los Adolescentes Prolongados

Ejemplo de costumbres que hablan:

Vienen, les sirvo algo de tomar, se irán, ninguno llevará su vaso a la pileta de la cocina, lavarlo ya es un sueño, misma suerte para ceniceros que se les de que no vaciará, platos de comida y cualquier cosa que se les alcance o sirva que no se dispondrán a dejarla en otro lugar en que haya quedado. ¿Les suena esto? ¿Les pasa en sus hogares?

Están a acostumbrados a ser servidos, a que la madre o empleada les cocine, les haga la cama, les arregle el cuarto, les haga de secretaria como papá lo puede hacer con las mensajerías y hasta les arregle problemas en los que no quieran dar la cara: llamadas, pretendientes, novias y novios inoportunos, amantes y amigos desclasificados, mamá les soluciona la vida ayudado por papá que los remunera sin obligación de tarea alguna a cambio más que la de existir, no de Ser.

Recuerdo que en mi casa parte de nuestra educación mientras no había señora que ayudaba, según la economía familiar lo dispusiera, somos tres hermanos varones, uno lavaba, el otro secaba y el tercero guardaba los platos y menajes utilizados para cocinar.
Los roles variaban día a día para que la repetición no fuera injusta, la mesa la poníamos entre todos, en la mesa se sentaban todos, habían leyes de conducta.
Las cosas se hacían bien, los platos quedaban impecables, los vasos totalmente transparentes, ni una mancha de gota en los cubiertos, todo debía brillar uniformemente.
Desde la base, a mis padres gracias, las cosas bien hechas, no importaba el tiempo que llevara hacerlas perfectamente, no había otra forma, no había excusa alguna para hacerlo de otra forma.
Mi padre especialmente era inflexible en eso, mi madre tendía más a consentirnos, más de una vez hubo situaciones tirantes entre ellos pues mamá no acordaba con rigideces que papá nos imponía.
Las tuve en mi matrimonio que ante un proyecto educativo divergente lo acabó, no es una crítica a mi ex a quien quiero y ha sido una excelente madre, observo, analizo, prefiero hablar de lo propio y cercano antes que impersonalizar el curso de mi relato.

Agradezco mi educación como estoy seguro lo hacen mis tres hermanos, a pesar de las mortificaciones del momento donde los niños (éramos niños) nos forjamos en una exigencia que serviría de mucho a nuestro futuro.
Somos todos perfeccionistas, así mi hermano mayor, el más, sobre el primero caen más duras las leyes, los principios y la experimentación que en la aparición sucesiva de los demás hermanos, experiencia y cansancio relajan parámetros de los padres.

Fuimos educados en la solidaridad como se desprende de lo que describo, nos ayudábamos, ayudábamos a mi madre, ayudábamos al hogar.
Es la extensión de esa costumbre que empariento en relación pasado presente expuesta, entre las tareas asignadas para ayudar a la casa y ser familia, al levantar un plato sucio de mis jóvenes visitantes, un vaso, sacarlo del piso, de la mesa de luz o de donde sea y luego en el desarrollo tanto en la niñez como en la adultez nos permite dar. Que es eso, dar y no dejarle al dueño de casa que tiene la gentileza de abrírnosla el trabajo agregado al que ya tiene consigo y nos da lo que sabe, o en todo caso, de darle la probabilidad de rechazar  la ayuda.

Stefan que es mi amigo no entra en esta clasificación de los visitantes a los que observo, será la formación alemana, su propia inquietud también, pero siempre en la base, una buena crianza que no permite el consentimiento debilitando el carácter.
Stefan, si va a hacer algo y amo eso de él, lo va a hacer perfecto, otra no existe, es del palo como le decimos los argentinos a alguien que está totalmente consustanciado con una forma de ser y hacer, eso es ser del palo, “astilla del mismo palo” es el concepto inferido al “ser del palo” (de paso aprenden algún argentinismo)
Una característica notable de Stefan es su inmensa solidaridad, su paciencia en ella conmigo especialmente y con muchos como le he visto.
Otra es su respetuosa forma de ser, donde la agradabilidad es una marca que lo embellece como Ser, Stefan Es, por eso es mi amigo.

Recuerdo a mi última acompañante (pareja es parejo, ella no lo fue nunca) y la última de verdad (espero… ¿hasta que llegue la próxima? Jajaja, es que el amor nos derrumba los castillos de naipes siempre): cubiertos siempre lavados al descuido y a “Ley del menor esfuerzo”, vasos manchados, platos ídem, en su escritorio o en la mesa del comedor de diario tazas con un cigarrillo apagado dentro por no levantarse a buscar un cenicero o no vaciar el que tenía repleto y sobre el plato en que había comido lo mismo, cosa que me fastidiaba sobremanera, no me puedo extirpar la educación que tengo ni veo por qué tendría, no soy acólito de “La ley del menor esfuerzo” aborrezco de vagos.
Ella pertenece a ese tipo de troupe de gente que vive en Europa, o por cualquier lugar del mundo, que yéndose a los 20 de la casa que ya no soportan van de pueblo en pueblo, de ciudad en ciudad, de amor en amor, de amorcito en amorcito.
Van sin nada propio ni mucha voluntad de tenerlo mas que de pasar el tiempo en una distracción distendida en malos empleos que los locales o no quieren hacer o son tan incapaces que tienen que hacerlos para mantenerse.
Gente que no progresa, que pueden sucesivamente ser vendedores en una tienda, cosechadores de kiwis por necesidad, vendedores de baratijas en las calles, pseudo artistas en misma situación, trabajadores de ocasión que no quieren salir de ella por no osarse.
Troupe de caminantes que se creen libres y mitifican su libertad que es no poder tomar responsabilidades, pues cuando una se le presenta al talento que tengan que una mano solidaria quiera tenderles para desarrollarse, que significaría desarrollar profesionalmente (pro-fe, en pro de una fe, que es lo que no se tienen), invariablemente evaden y siguen camino, que más juegan al bingo con las oportunidades y en ellas se hacen.
Así pasan los años, llegan a los treinta, a los cuarenta, se vuelven oportunistas, transan cuando sus idearios de “patoteros de entre casa” se les caen a pedazos por malcriados o mal crianza o rebeldía sin fundamento.
Es el paso del tiempo y la perdida del poder seductivo de su juventud asentada en una seguridad en el deseo que provoca lo exterior.
Ahí se dan cuenta que no han podido desarrollar una profesión, una posición, una especialización, un desarrollo demostrable: todo son palabras, cáscara.
Lo he visto muchas veces en mi vida, infinitas, no saben cuanto.

Es raro ver un joven educado hoy en día en los modales, los modos parecen ser cosa de antes, la negación misma de la libertad, no saben que la libertad es un concepto íntimamente relacionado con el dominio, el dominarse, el adquirir conductas que a través de la educación se hagan costumbre natural.

"Pobres los nenes, no sea que se cansen, no ves como se fastidia el pobrecito y patalea, hay que dejarlo, ya bastante tiene con la escuela y el estudio, ¿estás cansado? ¿A qué hora volvés? ¿Te dejo un plato en el horno? Avisame que me levanto y te caliento la comidita, ya te lave el buzo, sí mi amor, ¿qué más necesita mi tremendo tontachón?" dicen en muchas casas padres perniciosos que han preferido esta reforma libertaria que lo único que hará es esclavizarlos de por vida a la limitación de las herramientas con las que se harán para poder expresarse y ser libres en la actividad que sea por no poder en sus personas.
Aparte de expresar el egoísmo de los padres de por retenerlos, no hacerlos libres.

El vago es no solamente el cómodo, el que no hace nada o hace lo menos posible por esta "ley del menor esfuerzo", sino que es o termina siendo vago mentalmente, la vaguedad anida en su mente: definir le es imposible.
Así vivirán en la medianía, el más o menos, el total da igual, en el es lo mismo, en el que más da, en el a mí no me importa nada siempre pues es la defensa que le sale en lo que se creen agredidos por no ayudados a que traten de crecer como en las malas costumbres aprenden a extorsionar implícita o explícitamente a sus padres.

Por más talento básico o natural que tenga el vago, terminará perdiéndose, pues talento sin trabajo da frutos pobres o inexistentes, semillas magras y enfermas, consecuencias y resultados viciados en su verdad de encubierta mentira, que por más que se tenga habilidad en disfrazarlos, serán des-cubiertos, la vida es inclemente, es muy dura.
Eso es lo que pasa con lo falso y eso es lo que hace a la gente falsa, de ahí a la hipocresía, medio paso, pues como las buenas costumbres se fijan las malas también y son mucho más difíciles de extirpar luego si en la infancia no se ha hecho el trabajo, donde fijar costumbres es mucho más fácil.

Tampoco les importa ser gentiles y dedicados más allá que lo que la comodidad del momento les imponga, "hola, buen día" y no mucho más.
Las gracias, los me equivoqué, los disculpame, que son enfrentar las situaciones, cosa en la que justamente no han sido entrenados, no los verá desarrollándose.

No se dan cuenta que justamente eso, tanto en el presente como en el futuro, les cerrará puertas, pues no hay cosa más encantadora que tratar con alguien que tiene a la gentileza puesta no como una impostación como ellos quieren ver en su mentalidad pseudo cheguevarésca de comprensión de cajita de fósforos como modal de clase que debe ser repudiado, sino como la natural co-rrespondencia a agradecer y propender a que los gestos y símbolos recibidos y dados hermanen situaciones prósperas, fecundantes, totalmente ligadas a lo creativo y a lo re-creativo, o sea, a lo que re-alimenta las situaciones y no solo que las prolonga sino que además las en-riquece.

Ser rico es muy bueno, significa cultivarse mucho, tener mucho grano para dar, que la dureza de la existencia no nos golpee y nos ponga en hambre, en culpa o resentimiento, envidia o a chismosos, en la continua anécdota, dejándonos desnudos, tristes y en des-concierto.

Desconcertar es no poder armonizar pues no se tiene armonía, eso es concertar, nota a nota como gota a gota de trabajo y actitud se construye la partitura de la vida propia, los músicos son varios y conciertan como los requisitos a concertar para Ser son varios y hay que con-certar (con-acierto), no las notas a como vengan y según las ganas.

La sociedad, aunque a ellos les parezca y a pesar de las injusticias, no funciona así, habrá una sociedad de ladrones e injustos, pero de verdad hay una sociedad del mérito que es mundial y en ella entran todos los que aúnen talento, esfuerzo acumulado que los distinga brillantes, no importa de donde vengan, sea de barrios marginales en la más abyecta pobreza o del adineramiento más grande.
Una vez un ex amigo le pregunta a Luis Alberto Spinetta, prestigioso músico argentino: “Che Luis, vos ¿cómo hiciste? (para “llegar”)”, Luis le respondió: “Méritos”.
(Este ex amigo es otro integrante de ésta troupe de vagabundos y cada vez que me entero de él está en un lugar diferente en situaciones semi-delincuentes. Me cansé de aconsejarlo en su juventud, traicionó mi amistad y la de muchos, siempre por el camino fácil o torcido. Así le fue)

Hablamos de meritocracia, de excelencia que en algún momento será reconocida.
Otro mito de los vagos: el creer que a los que por portar apellido o fortuna fácilmente se los considera relevantes ignorando que muchas veces que por ello más se les dificulta pues los pre-juicios juzgan en todo el mundo, sean inteligentes, escapen de su propio idiota, los grandes teniendo barrio no tienen barrio, teniendo ideología no la necesitan, se distinguen por ser inocultables, por desarrollo sostenido de su riqueza donde el adineramiento no tiene nada que ver ¿O van Gogh era adinerado? ¿O tantos otros?: Los méritos no tienen clase mas que la suya propia que es por la cual se los reconoce, eso es prestigio, no éxito. El prestigio, es fundamento, para que lo haya, 99% de trabajo, 1% de talento. No es magia. Ok?

De ahí, el no entender, lo que disfrazado de libertad pseudo revolucionaria por el impedimento y el auto límite: el no poder complacerse.
Esto trae el displacer propio que enferma: fobias, auto-violencia, temor compulsivo, dis-tracción permanente, no poder traccionar para aclarar las palabras y acciones que se usan pero no se conoce su valor ni sentido, como tanto leo y veo:
Capricho, falta de con-centración (fuera del centro, del meollo, del quid) pasivo que les nace pues se saben incapaces de afrontar o nivelarse con quienes admiran o ven como ad aláteres de lo que dicen sostener o pretender con la lengua y que en la acción, solo se le aceniza y con el primer viento de la contra-dicción los des-hace.

A este tipo de personas se le puede dar una tarea menor, muchas tareas mínimas, de a una y con tiempos extensos de solicitud entre una y otra, en ella se quedarán al lado del solicitante.
En la tarea mayor, no pudiendo, huirán, lo he visto mil veces.
Hay que ser valientes para superarse, valientes para vivir y por esa valentía hacerse y respetarse, y hablo de valientes de verdad, no de: “Patoteros de entrecasa”

¿A quiénes respetarían si no se respetan a ellos mismos?

Es esta mentalidad y esta psicología que forma y hace a lo que yo llamo "Los patoteros de entrecasa", los que creen que le están peleando a la vida y envueltos en un mito de su propio ser, se asocian con inferiores para sentirse superiores pues no pueden probar entre los superiores lo que con tanto cacareo afirman.

Una vez leí una frase prodigiosa en un libro de marketing:
"Usted puede prometer lo que quiere pero en algún momento hay que entregar la mercadería"

De esa mercadería huyen, que es entregar la obra que es haberse entregado a si mismos en cuerpo y alma a los requerimientos necesarios.

Si con este escrito usted no entiende lo que es el sentido de la acción total y la co-herencia:

Siga mirando mitos:

Así funciona “La Ley Del Menor Esfuerzo”
 
Ricardo Marcenaro
Argentina


Ricardo Marcenaro
Sculptures – Esculturas
ricardomarcenaro.ning.com/

Ricardo M Marcenaro - Facebook

Blogs in operation of The Solitary Dog:

Solitary Dog Sculptor:
byricardomarcenaro.blogspot.com

Solitary Dog Sculptor I:
byricardomarcenaroi.blogspot.com/

Para:
comunicarse conmigo,
enviar materiales para publicar,
propuestas comerciales:
marcenaroescultor@gmail.com

For:
contact me,
submit materials for publication,
commercial proposals:
marcenaroescultor@gmail.com
Diario La Nación 
Argentina
Cuenta Comentarista en el Foro:

My blogs are an open house to all cultures, religions and countries. Be a follower if you like it, with this action you are building a new culture of tolerance, open mind and heart for peace, love and human respect. Thanks :)


Mis blogs son una casa abierta a todas las culturas, religiones y países. Se un seguidor si quieres, con esta acción usted está construyendo una nueva cultura de la tolerancia, la mente y el corazón abiertos para la paz, el amor y el respeto humano. Gracias:)


(::)

Comments (2)

hoy estoy leyendo concienzudamente sus bitácoras... trabajo con esa franja de edades que usted tan bien describe aquí... 70% menor esfuerzo, 30% Stefan... lamentablemente. Una gran Maestra y directora de coros finlandesa, Marjukka Riihimäki, respondió así, en un seminario al que tuve la suerte de asistir, a la pregunta que alguien le formuló, sobre qué enseñaba ella fundamentalmente a los miembros del coro (Grex Musicus, http://www.grexmusicus.fi/en/): "Yo enseño comportamiento, fundamentalmente COMPORTAMIENTO". No hay más nada que agregar.

Gracias por leer las bitácoras, que es lo más intimo de mi en lo que sé, pero por sobre todo esa brevísima, concisa y clara frase totalmente dentro del quid de lo que he dicho en el artículo, espléndido eso. La gente piensa en fórmulas mágicas y se aut-mitifica mientras el comportarse es en vez de una razón a seguir, un deseo de insoportables. Grande tu anotación como en la otra, muy puntual y acertada que atrapa en resumen. :)

Publicar un comentario