Ricardo Marcenaro bitácora - No me gusta Joaquín Sardina - Farsa y realidad
Posted by Ricardo Marcenaro | Posted in Ricardo Marcenaro bitácora - No me gusta Joaquín Sardina - Farsa y realidad | Posted on 1:52
No me gusta Joaquín Sardina
Soy un tipo que he pasado por los 70s en Argentina en medio de un caos y una guerra interna que expresó lo peor no solo de mi sociedad sino de lo que puede llegar a hacer el humano.
Escribo esto pensando sobre todo en los jóvenes que idealizan contenidos que más allá del pasatiempo razonable asumen las palabras de un artista “celebridad” pero mediocre como si fueran las páginas de un libro que indica camino para revolucionarse y cuyo autor alimenta ese mito de si mismo con una clara intención de mercadeo.
Cantar y escribir y hacer se hace y con toda libertad cada uno y hasta dónde le de el trabajo (99%) y el talento e inspiración (1%).
La tentación de la rima fácil, el reventadito freaky que nos cuenta desde la luz mortecina que atravesando el vidrio nublado por el que nos dice desde su vaso de vino triste, “las grandes verdades de la vida” yo no me las creo y sé claramente el daño que hacen.
Como dijo Luca Prodan, que los punks argentinos les daban risa pues aquí la cosa se vivía como decorado, que Lugo de pasearse por la calle, regresaban al departamento de mamá en el barrio de Belgrano (describía una clase media a media alta) a tomar la sopita y dormir en su camita caliente. Luca sabía de lo que hablaba pues vivió en Inglaterra en el corazón de ese movimiento, que no fue de bebes de pecho.
En los 70s tuvimos cantantes por ese estilo, casi todos al primer tiro rajaron al exterior y dejaron a quienes le calentaron la cabeza, desnudos y expuestos a la caza. Los conozco más que bien, no tienen autoridad alguna para hablar.
Apoyados en una melodía que se repite y repite en sonsonete basado en cuatro notas, que la música es mucho más que eso, Nina Simone es un gran ejemplo a destacar en el activismo humanitario, la queja social, inmensa intérprete y no cantora de estante del todo igual y pianista excelentemente dotada como lo demuestra en las tantísimas grabaciones que ha hecho y que lo demuestran, estos sujetos mediocres que tratan de pasar por inteligentes y son nada más que ocurrentes con una frase, un verso cercano a lo feliz pero siempre apagado.
Caen simpáticos, son atorrantes, gente de la calle que sabe seducir y que se ha aprendido la sobrevivencia a fuerza de dolor y jolgorio rematado en rapacidad que a la sobrevivencia la hiciera menos penosa.
No digo que no sea un artista, es un artista, sí: plus cuan mediocre, pues sus intenciones son servirse, punto.
Propalan conciencias que no han tenido más que para vender, o que me diga este señorete cuál ha sido su actuación destacada o no durante toda la tiranía del Generalísimo. Ninguna, alguna caminata en la calle seguramente a primera fila para la foto.
En sus países tíos como este no ocupan el lugar ni tienen la trascendencia que aquí tienen, de aquí sacan lo mucho que ganan con su arte, que si tienen el arte de ganarlo está bien, pero a mi que no me vendan placebo por viagra, que para el resultado no necesito su ayuda sino de buena musa.
Lo siguen pibes que creen que tomándose unos litros de cerveza, fumándose tres o cuatro porros se hace arte o la inspiración se logra y desde ahí surge el hecho artístico, de una conciencia que se nubla. Y no tengo nada contra el porro cuando hay medida al igual que con la cerveza o la bebida que sea.
“Yo quiero casarme con alguien como Calamaro” puso hace unos meses una persona que observaba y que ya en la suma dije: ésta es una verdadera idiota, no tiene trece, tiene muchos más. No es una expresión inocente sino conducente a las actitudes de las que su vida hizo. El pensamiento, la idea, con-secuencian.
Les encanta a estos masturbarse en su idea mientras se quejan sin hacer nada de cómo la sociedad no les da oportunidades cuando no se reconocen como incapaces a lograr un esfuerzo sostenido, diario, de años de trabajarse y trabajar para recién tener resultados aceptables. Piazzolla, Marta Argerich, por ejemplo son un gran ejemplo que esto prueba.
Hablan de la izquierda y la derecha y el Che es su Dios indiscutido, que entre paréntesis si hubieran tenido el honor de tratado, los levanta a todos del piso de una patada en el culo, Sardina incluido.
Se lo puede discutir a Ernesto ideológicamente, nunca como el gran trabajador que predicó ejemplarmente, lean su biografía, he tenido la suerte de conocer a quienes lo conocieron continua e íntimamente, se perfectamente de lo que hablo.
Así que si quieren hablar de él, tomen ese primer ejemplo, pélense trabajando, sean honestos y coherentes con su ideario, del lado que estén y ayuden en vez de ser una carga. Y para los tarados, no les digo tiren bombas ni escupan balas, marmotas, el ejemplo del Che debe ser: revoluciónense a ustedes mismos, salgan de la siesta del mito, que su ejemplo de paz para una sociedad en paz debe ser ese el que rescatemos.
Una mecánica digo que rescatemos, como Gandhi que se supo parar sobre si mismo revolucionándose, profundizándose y en la razón del corazón claro, esclareció y liberó.
A ver, cuéntenme a qué liberación los lleva Sardina Joaquín con su aceite rancio de lata pasada de bar turbio y prostituta barata.
Díganme a dónde conduce su ideario pseudo filosófico, sin sustento, con el que emboza lo carente que disfrazado en la ocurrencia, por y para el mito propio que le sirve de mercadeo y que les vende con tanto éxito los lleva a que luz, a que chispa de Hesse, Girondo, Martí, de Poe, de Machado, Alberti, Hernández, de Pizarnik, Alkalay-Gut, impostando poeta que no es, pues como dijo Dolina graciosamente y con un fondo de bastante razón, a la poesía todos se atreven porque es “cortita”.
Escúchenlo como el entretainer (entretenedor) que es, que es hábil y conoce el oficio, pero no lo endiosen como no tienen que hacerlo con nadie, no le califiquen con una genialidad que no pisa ni pisará nunca, no se sirvan de su auto mitificación que les sirve para auto mitificarse penando con él y su vino triste de aceites rancios las justificaciones que por vaguedad y vagos no asumen evadiéndose y reventándose, no se conviertan en carne de cañón que de la mano de algún mal nacido los impulse a equivocarse y ubicarse en tal lugar donde, y por eso escribo esto con indignación pues ya lo he visto, serán abandonados.
Ricardo Marcenaro
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"La música me sale fácil. Es una manera fácil de ganarme la vida. Si yo quiero en dos horas hago diez temas, pero de que sirvieron. Sabes por que no lo hago? Por que soy un vago. A mi me sale fácil. No le tengo miedo al escenario y con la música haces guita, trabajas poco, tenés tiempo para hacer otras cosas, viajás...".
LUCA PRODAN
Agustín Marcenaro, tu vocación de burro no tiene cura.
!) a mi tampoco me gusta Joaquín Sardina ni Calamares ni su universo simbólico
2) me imagino perfectamente al Che dándoles la bendita patada en el culo
3) Luca se hacía tranquilamente el tonto, del que no tenía... ni un pelo... : )
Excelente reflexión
Bien puntualizado Myriam.