Ricardo Marcenaro bitácora - El Gato sueña con bananas volando... 25-07-10
Posted by Ricardo Marcenaro | Posted in Ricardo Marcenaro bitácora - El Gato sueña con bananas volando... 25-07-10 | Posted on 4:47
Hoy me tiré en la cama a darle unos besos al gato Paiki, es que lo veo y no me aguanto, salido de alguna tarea, el ir, darle unos mimos, de verlo en alguna figura que me mueve a ternura.
Acababa de comer una banana, inclusive me quedaba un poco en la mano, debo comerlas para reponer potasio, uso un remedio en aerosol para el asma, el salbutamol, su componente, tiene la propiedad de comerse el potasio del cuerpo, la consecuencia más molesta de esto son los intensos calambres que trae, algunos terriblemente dolorosos, si estás pobre y no hay fruta, ni contarte.
Cuando acerqué mis labios a su costado, para revolcarlo a besos, vi que de inmediato empezó a olfatearme, noté que algo inusitado le apoderó la atención, olió mi bigote como buscando algo, me di cuenta que la banana tenía que ser, por lo que corté un pequeño pedazo a la medida de sus bocados, con extrema fruición se puso a él, dedicándole gozosos lameteados que al poco metían la porción a su boca que masticando brevemente tragaba para levantar cabeza, mirarme :”papi, ¿dónde hay más?” y así en tres oportunidades.
Luego de eso, como gusta que sean sus amaneceres, baja de la cama, come de su pote, toma un poco de agua y de inmediato a pastorear al parque, anidarse en un mirador del suelo, donde al sol y tras mechones de pasto, ve pasar minutos y pájaros con la felicidad de un niño.
Si hace mucho frío, pronto volverá al cuarto, la cama, el hacerse un ovillo fetal, sobre la frazada, la cuenta, a través del sueño: hilos de mi barba de oro, de donde le caen las palabras que prefiere, ellas le dibujan arcos en las manos, ritmos repetitivos de castañuela invisible, asiendo en el aire, el sol de mis omóplatos musicales, y sus vecinos amigos, el gato siamés, el gris grandote, la tricolor, la torre del cedro azul donde mirar al sol perderse en el horizonte, la nube en la que flota de placer, saltando los tejados, la calle a la tarde con los vecinos que vuelven de su trabajo y lo saludan mientras el en posición de guardián del templo hace que mira para otro lado, y vaya a saber que otros sueños, bananas volando, inclusive, con alas sin cáscara, seguramente.
RM
Acababa de comer una banana, inclusive me quedaba un poco en la mano, debo comerlas para reponer potasio, uso un remedio en aerosol para el asma, el salbutamol, su componente, tiene la propiedad de comerse el potasio del cuerpo, la consecuencia más molesta de esto son los intensos calambres que trae, algunos terriblemente dolorosos, si estás pobre y no hay fruta, ni contarte.
Cuando acerqué mis labios a su costado, para revolcarlo a besos, vi que de inmediato empezó a olfatearme, noté que algo inusitado le apoderó la atención, olió mi bigote como buscando algo, me di cuenta que la banana tenía que ser, por lo que corté un pequeño pedazo a la medida de sus bocados, con extrema fruición se puso a él, dedicándole gozosos lameteados que al poco metían la porción a su boca que masticando brevemente tragaba para levantar cabeza, mirarme :”papi, ¿dónde hay más?” y así en tres oportunidades.
Luego de eso, como gusta que sean sus amaneceres, baja de la cama, come de su pote, toma un poco de agua y de inmediato a pastorear al parque, anidarse en un mirador del suelo, donde al sol y tras mechones de pasto, ve pasar minutos y pájaros con la felicidad de un niño.
Si hace mucho frío, pronto volverá al cuarto, la cama, el hacerse un ovillo fetal, sobre la frazada, la cuenta, a través del sueño: hilos de mi barba de oro, de donde le caen las palabras que prefiere, ellas le dibujan arcos en las manos, ritmos repetitivos de castañuela invisible, asiendo en el aire, el sol de mis omóplatos musicales, y sus vecinos amigos, el gato siamés, el gris grandote, la tricolor, la torre del cedro azul donde mirar al sol perderse en el horizonte, la nube en la que flota de placer, saltando los tejados, la calle a la tarde con los vecinos que vuelven de su trabajo y lo saludan mientras el en posición de guardián del templo hace que mira para otro lado, y vaya a saber que otros sueños, bananas volando, inclusive, con alas sin cáscara, seguramente.
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Ricardo Marcenaro bitácora
El Gato sueña con bananas volando...
25-07-10
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