Solitary Dog Sculptor I

Cuando escucho éstas dos hermosas canciones, una proveniente del folklore, otra de la balada, en las que Abel canta en la plenitud de sus recursos, con una expresividad y un modo de decir la letra, lo cual lo coloca bien de lleno en el grado de intérprete, siendo un estupendo cantante, y escucho a ese Abel Pinto niño de voz impostada, aún sin la elocuencia que da la madurez.

Efectivamente se nota esa evolución que desde el comienzo tuvo un buen arranque, fruto de un esfuerzo personal por buscarse, tener una identidad propia, como hoy con toda autoridad la tiene, como también se nota los kilómetros de escenarios recorridos, que es la mejor escuela luego de la escuela y del ejercicio consciente del don, que un cantante pueda tener.

Me emociona este Abel Pinto diciendo, con ese rostro de gente buena, esa sonrisa abierta y sincera que no viene del simpático profesional que pulula en los medios artísticos, que tendrá que ver seguramente con la crianza, pero que sin dudas tiene que ver también con el desarrollo, pues de donde se cultiva mal, mala cosecha se recoge.

Espero que algún día encare algún trabajo de algún poeta o poetas específicos, tengo en mente los específicos, se merece las mejores letras, una serie conceptual, en una unidad, creo, lo pondría aún en lugar mejor del que tan merecida y destacadamente tiene, cito para ejemplificar los trabajos hechos por Paco Ibáñez sobre poemas de Hernández y de Alberti entre otros, por citar un solo ejemplo.

Es un cantante muy joven, por delante tiene todo el futuro ofreciéndose, tiene nivel internacional, conoce perfectamente el manejo del escenario, su banda es muy buena, están buscando música cuando la hacen, rehúyen los cliché de los géneros en pos de la belleza, del sentido de decir, están todos en lo mismo.

Ricardo Marcenaro