Ricardo Marcenaro bitácora - Des-prendimientos
Posted by Ricardo Marcenaro | Posted in Ricardo Marcenaro bitácora - Des-prendimientosRicardo Marcenaro bitácora - Des-prendimientos | Posted on 2:32
Me cansé de trabajar este texto, no estoy satisfecho de él, pero expresa ideas, una bitácora no es literatura, es lo que pasa, el cuadro diario del capitán, las novedades de la nave,
la cola que deja la estela.
Lo expulso:
Esta conversación quedó picando en mi cabeza, la realidad es que muchas de las conversaciones que tengo en mi Facebook me dejan ecos, me hacen pensar, analizar, es ese el motivo por el que le pongo tanta pasión a mi actividad en la comunicación, pues, por un lado, me extrae ideas, me obliga a sacarlas, a precisar, a la vez y por el otro, en esa dinamia, recibo y aprendo.
Les copio lo que me motiva, como comentario que me hiciera G., sobre un archivo que puse de Picasso, época rosa, como estoy descargando por orden cronológico su obra, para brindar al público en general la probabilidad de un análisis visual que lo haga aún, más comprensible.
G. decía:
“Como profe de pintura lo admiro, te mando un besote Richard!!!
Ricardo M Marcenaro contesta:
Picasso es para súper admirarlo, aunque la palabra admiración a veces tiende a la noción de embobamiento, no te estoy criticando, hablo de la noción de cómo se aplica comúnmente.
Ya ad-mirar no revela un ad-ver, que sería más de mi gusto, pues la primera se queda afuera del sujeto y la segunda entra al sujeto de la observación. Claro, son expresiones, lo sé.
Pero lo maravilloso es verlo, despanchurrarlo, por eso estoy descargando en orden período por período su obra, así vemos dentro de su mente, espíritu, los cambios y evoluciones que va haciendo fruto de su trabajo y meditaciones, es la mejor manera a mi modo de ver, de extraerle el alma, una especie de trazado de cartografía visual que deteniéndose en los escalones va percibiendo.
No estaría mal decirle a alguien lo percibo, aunque suene raro, pero es muy bueno y deseable "percibir" al otro.
Si eso me satisface: Lo percibo.... Ver más
Te percibo querida (no te parece bello que te diga eso?)
Beso.
Hasta aquí llegó la conversación por el momento, pues es de muy reciente data.
Dejé pasar unos días, ahí terminó.
Les copio lo que me motiva, como comentario que me hiciera G., sobre un archivo que puse de Picasso, época rosa, como estoy descargando por orden cronológico su obra, para brindar al público en general la probabilidad de un análisis visual que lo haga aún, más comprensible.
G. decía:
“Como profe de pintura lo admiro, te mando un besote Richard!!!
Ricardo M Marcenaro contesta:
Picasso es para súper admirarlo, aunque la palabra admiración a veces tiende a la noción de embobamiento, no te estoy criticando, hablo de la noción de cómo se aplica comúnmente.
Ya ad-mirar no revela un ad-ver, que sería más de mi gusto, pues la primera se queda afuera del sujeto y la segunda entra al sujeto de la observación. Claro, son expresiones, lo sé.
Pero lo maravilloso es verlo, despanchurrarlo, por eso estoy descargando en orden período por período su obra, así vemos dentro de su mente, espíritu, los cambios y evoluciones que va haciendo fruto de su trabajo y meditaciones, es la mejor manera a mi modo de ver, de extraerle el alma, una especie de trazado de cartografía visual que deteniéndose en los escalones va percibiendo.
No estaría mal decirle a alguien lo percibo, aunque suene raro, pero es muy bueno y deseable "percibir" al otro.
Si eso me satisface: Lo percibo.... Ver más
Te percibo querida (no te parece bello que te diga eso?)
Beso.
Hasta aquí llegó la conversación por el momento, pues es de muy reciente data.
Dejé pasar unos días, ahí terminó.
………………………
Soy un ocupado de las palabras, las expresiones (no me gusta la palabra “pre-ocupado”, que así ya se desocupan: demasiados)
Pienso, percibo, que muchas personas hacen uso de una de las herramientas que tenemos para comunicarnos, la palabra, desconociendo el valor específico de la que se nombra, de la importancia y peso de ella, muchas veces repitiendo fórmulas habituales que por ello van perdiendo sentido, por abundancia de contexto en que se las incluye. Combinaciones de palabras que paren frases híbrido.
Sí que suena muy bello decirle a alguien: te percibo, me encantó como suena, deja un eco, inquietante por cierto, me gusta lo que dice, lo que signi-fica (cómo la signa, le pone signo)
Ahora pienso en situaciones mías, caigo en cuentas, soy un inocente incurable, creo en lo que me dicen, a veces, muy después, empiezo a desconfiar, son esos casos en que algo no suena.
La semana pasada tuve una charla con alguien que me ilusionaba, ya veía yo cómo, sin dinero en este momento, tomaba mi bicicleta y me cruzaba la cordillera para echarle una mano. No lo duden que lo hago.
Pero los velos cayeron y los sueños callaron, yo creí en lo que me decía esa otra, que luego, ya caídas las verdades, forzada a decirlas, dijo:
“Soy una soñadora, mi vida ha sido difícil y gracias a mi capacidad de soñar es que no pierdo la alegría de vivir, cuando te dije que nos juntáramos en la frontera en bicicleta estaba gozando con mis sueños, tengo 54 años, 4 hijos que dependen de mi, imagínate si podría abandonar todo y escaparme en bici por la cordillera!!
Aclararé veinte días previos al comentario recién transcripto, esta amiga, no es mi intención la venganza, me dijo que sus hijos ya se manejaban solos y no la necesitaban, a razón de un puesto que se le proponía en el exterior de su país, por el que me consultó. Lo explico, pues si no, no se entiende.
Voy a poner algo bien claro y para todos los que me siguen, pues hace un par de meses recibí una carta y luego me hicieron dos comentarios idénticos, los que se podrían resumir en una expresión argentina: “Ricardo le está pegando palo por abajo a alguien”
Equivocación inmensa, yo me inspiro en la realidad, ella me inspira y me provoca, y así me pongo a hablar de temas que me parecen de utilidad para la re-flexión.
Eso hacen los artistas, van traduciendo la realidad que les toca, en lo personal, en lo político, en lo social, así nació el Guernica luego de un bombardeo que desoló la mente de Picasso, así los girasoles de Van Gogh que daban la bienvenida a Gauguin, así Adiós Nonino que despedía al padre de Piazzolla en un viaje musical que lo recorría, así Panes Vacíos y La Angustia, dos esculturas mías hechas quebrado y llorando el fin del amor con el amor de mi vida, así la literatura de toda la biblioteca, los cuadros de toda la pinacoteca, ¿o de donde creen que salen las obras?
Eso hacen los artistas, sensibles a lo que los rodea, les va pasando, a través de los diferentes medios que usen, siempre trascenderá de la materia en que lo plasme, fruto de un previo de ideas meditadas, las que concluidas, irán a dar al cuadro, la escultura, un tema musical, poema, novela, una serie fotográfica, etc.
Eso hacemos los artistas, quedarse en la anécdota, es quedarse en el chisme, cosa que no me interesa nada.
Sigo hilando:
Mi programa en la radio de Cachi se llamaba: Re-flexiones, un programa para el pensamiento.
De niño fui entrenado por un ser que tenía una mente descomunal, me quedó en la sangre, no puedo hacer ni sentir otra cosa que el análisis, lo otro, estar buscando a quién será que le pega, alude o ese tipo de subsecuentes, el del burro.
Continuemos:
Vuelvo al motivo de la charla con G., a lo que me quedó picando, que por eso referencié con el aporte de otra conversación que tuve, pues muy al caso viene, la inocencia que porto, tengo un niño vivo, dentro, muy vivo.
Lo repito, vuelvo a decirlo, necesito saber más, lo hago sonar: Te percibo.
¡Claro!, no percibí a la señora de la bicicleta.
¡Claro!, percibí mis necesidades de creer.
¡Claro!, mis necesidades hablaron por mí.
¡Claro!, eso no está bien, no es generoso.
Te percibo.
¡Claro!, ¿cómo vas a decirle a alguien?: te percibo, si vivimos en mundo de supuestos, ya que las afirmaciones humanas son establecimientos provisorios, precarios, ilusa verdad a préstamo, escamoteada.
¡Claro!, ¡cómo intimidará entonces decirle a alguien!: Te percibo.
Me imagino una vez más la situación, me ha pasado mil veces, “las impresiones que uno da”, por innumerables razones, siempre motivada por mi presencia, o lo que hago, lo que digo, que hace que el otro se quede sorprendido, preguntándose: ¿estará loco?.
Así son los normales, los pacatos, los sin originalidad, los sin gracia, les mueves la brújula, ese camino mil veces repetido que les da seguridad, y ya el causante o la causa, no están bien.
¿Quién quiere que lo perciban?
Vivimos en un mundo de farsantes, de personas que presentan una vista pública que en lo privado no se sostiene.
Lleno el mundo de doble discursos, abundado.
Lleno te quieros que no se sustentan con la acción real, he visto en el proceso militar que hubo en mi país a donde fueron a parar los te quiero.
A la hora del goce, estarán todos, a la hora del dolor o la miseria todos se van y si tenemos mucha suerte, uno o dos que realmente nos quieren, quedarán, los verdaderos.
Me tranquiliza el ser transparente, al principio, cuando la asumes completamente, trae situaciones molestas ha resolver, es que no estás seguro aún de sus beneficios y tienes ese impulso social con que nos educan a todos: el decir de convención para resolver, decir “lo que queda bien”
Aunque cueste la transparencia, y el niño que aún llevo adentro se hiera, así alimenta a este hombre grande y curtido en la vida: a ver cosas muy finas que otros pasan por alto.
Así es que voy tomando la vida como fuente de inagotable y alegre sorpresa, comprometido con ella, interesado, siempre atento.
Pero soy lógico, no me gusta quienes con la escusa de soñar olvidan que está el otro, eso es egoísmo, no soporto esa característica humana, no me la permito.
…………………..
Las relaciones sociales dadas en aquello que hemos formado como sociedad, que se sirve de lo que llamamos: urbanidad, producto de nuestra cultura, por diferentes motivos, algunos aceptables, ha tejido un innumero de situaciones que son como de contestador automático que lo primero que no hace es: percibir.
Entiendo por ejemplo que el empleado de una empresa no quiera que se le saquen fotos bebiendo unas cervezas con amigos y las publiquen, pues esto le podría traer problemas con su contratante, dudo que hayan muchos contratantes que no hagan lo mismo, que no tengan un momento de recreación, y si bien hipocresía hay por un lado, contesta a la del otro, adaptándose, por supervivencia la admitimos.
Aunque la verdad me revuelve el estómago, no creo en esto, no lo he practicado y por eso me abrí de todo sistema que para vivir me obligue a ser un hipócrita, no quiero ser un esclavo moderno por poder pagar una cuota de hacerme nada que también me esclavizará. No es para mí esa basura, vivo mal así, no soy feliz y sin felicidad me opaco y no produzco.
Soy un rebelde, sí ¿y qué?
El que paga las consecuencias soy yo.
Me las aguanto. Por todo se paga un precio, no hay acción sin reacción en este mundo.
No quiero decirle te admiro a nadie, nunca se lo dije, he conocido muchos que son grandes en lo suyo.
Acciono con ellos en un percibir: Te percibo.
Adular aleja, en esa distancia no me das la oportunidad ni de com-prender ni de ser com-prendido, pues yo participo, no me pongo afuera como pasa en el ad-miro, yo veo, voy adentro, afuera no me interesa, yo estoy con vos, no fuera tuyo, siempre fui de participar en el corazón de los juegos.
“Vamos campeones, pásenme la pelota”
Era muy jovencito y los campeones se sonreían y no se por qué disposición que les generaba mi natural osadía, alguna marca que portaba de la que no me daba cuenta a esa edad, me la pasaron en alguna charla, alguna frase que fue orientando con la marca que me hicieron, mi vida.
Quise aprender cómo se hace.
Así, por muy dispuesto, generoso, respetuoso, curioso y estudioso:
Aprendí.
No conozco otra forma de estimular el talento que tenemos todos y no nos atrevemos a ejercer.
En el clavo al ad-mirar.
Sea dicho
¿Qué te pasa a ti que me lees, si te digo: Te percibo?
¿Te gusta que te perciban?
¿Te sientes intimidado sabiendo que alguien entra tan profundamente tuyo?
Tengo una mirada y una presencia muy fuerte, es mi Karma, soy lo bastante grande como para saber qué tengo y qué no.
Se que impacto y que muchas personas se sienten intimidadas por mí sin que yo diga o haga nada, por presencia, por mirada.
Por las mismas razones, otros tantos, y más cuando hablo o acciono, se sientan atraídos.
Son muy pocos los que aguantan esa percepción cierta de que se los sabe, al mirarlos: viéndolos.
No es algo nuevo, la Biblia habla de eso, los símbolos que tenemos en el cuerpo, son nuestros pensamientos, modos de sentir, costumbres, que van marcando un mapa de gestos y símbolos.
Están ahí para leerlos, es un alfabeto, pocos lo leen.
Como lo hice yo, todos tenemos una tendencia a que nuestras necesidades hablen por nosotros y así nos engañemos, nos auto-engañemos.
Salvemos pues al otro, el otro no tiene nada que ver en esto.
Es nuestra falta de observación turbada por el egoísmo, por lo que necesita nuestro ego para resarcirse en su necesidad, como un ogro, el que hace nuestros errores.
Ricardo Marcenaro
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