Bicicleta, camisa pintada por mí con colores de flor y trazos de rama
La cascada me lleva por el camino
Las bochas juegan con los jubilados entre luces
La bola no fue recta, sin embargo de a poco a la señora deja de lo más contenta
Madres jóvenes charlan a todo vapor el silencio que el niño le dejó
Circuitos de aire para todos con direcciones inventadas al momento
A un costado los novicios piensan en orificios, maleficios y faltas de oficio
La luz de la noche es un gancho de sombra insolado por la tarde
Un corazón escrito en el cemento me lleva sin argumento a los demás
La plaza del paso se cae en la curva donde la calle me espera
Y la luz que siempre me guía me tiende migas de arena encandilada como Gretel lo hiciera
Pasó el tiempo sobre el desdén
Mira curiosa la estrella de la calle que del carro tira con la fuerza de un sol infante obligado
Mientras le pasa por enfrente la abundancia que no le ha tocado
Sellos de lumbres y sombras tienen los caminos solares
La niña le sonreirá la loco de la cámara sobre la bicicleta
Te llevo niña hasta más verte que así rueda la vida
Entre lunares de tarde fresca que se ríen en los azules de humo que proyectas
Ya me ven venir y el lugar de paso me dejan enseguida
Al río se va el amor de la mano del cielo sin amnesia
Dejando enrejadas en las plazas a las madres presas
Duda el adolescente acurrucado e invisible sobre su futuro imposible
Bajo sin pedalear, huelo sin desear, sin recuerdos paseo, solo, bello
Mi calle dibuja un perfil lleno de indicaciones
Cruces de caminos, soluciones, cargo a torpes mal heridos
En la horqueta del árbol fuerte que se estira de su camisa para besar la otra vereda
El farol lo quiere imitar, no lo sabe, su sombra está muerta
Los autos estacionados solo sirven para espejo
Donde el ciclista despiernado dispara fotos a su reflejo
El duende estira sus brazos sin que la corteza le duela, gracias a la vía que a sus pies saluda para darme la bienvenida
Indica la luz por donde seguir al reflejo que rueda frente a la guarida
Sobre los vidrios se graba un libro de señales paginado
Números, letras, sonrisa y caras nuevas
¿Será mi lira niña que línea luz espera?
o
¿La amnesia de la sombra que sin sol ni luna se disculpa?
Estos textos los escribí sobre la carga
de las fotos.
Sin ambición literaria,
observando siempre que me dicen.
A veces los vidrios de las casas
me asombran.
Son mensajes para mí.
Ricardo Marcenaro
Comments (0)
Publicar un comentario