Pueden clavarme mil puñales en el paladar,
Pueden cortarme la lengua con afiladas tenazas,
También dispararme a la frente sangres de plomo sin guitarra,
Así y aún, podrido y muerto, a mí también: me queda la palabra.
Rm
Dedicado a Paco, los sagrados poetas españoles, España y a quién le cuadre.
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