Ricardo Marcenaro bitácora - Navidad
Posted by Ricardo Marcenaro | Posted in Ricardo Marcenaro bitácora - Navidad | Posted on 0:31
A veces inmóvil cerebro callado la boca no deja mover, no la lengua, aunque haya saliva transparente, secable instantáneamente al aire, mejor guardarla.
Reservarse, preservarse, conservarse, dominarse.
En medio del silencio caminan las palabras y se van de costado a costado y a veces se enfrentan a mí,
No estoy.
Ya sé que me estás viendo y tu mano quisiera salir a la mías, no para conducirse ni protegerse y la verdad que bien no sé para qué.
Perdón, ignorante, lo sé.
¿Callaré por eso?
Estado es, dejarse de embromar, ese aire que corre antes de las navidades plagadas de ausencia,
Ausentes en el supermercado automático bajando envoltorios con codicia, sin dudas, entre dudas, pero inmediato: apenas alguien se acerca. Malvada codicia, malvada codicia,
Será también la mía de no aceptar lo que tengo mirando lo que me falta, viendo al fin, mi vergonzosa riqueza.
Saber que lo eres te condena a tu fuerza, la que ejerces, las cabezas extrañan los cuerpos que separa la guillotina, te miras en el espejo sangriento de la hoja de acero pulido, por ahí pasó la vida de muchos, de a uno, la mía también.
Pero no había voz, ni vos como le decimos al tú en mí amada patria de locos surreales donde los débiles emigran para salvarse de madre tan horrenda,
Aquí donde gobierna el padre caos, donde el verde se intercala de arena y los caballos se hacen fuertes para el camino que requiere paso largo y paciente,
Padre de nuestros músculos, magnífico,
Tierra del grano donde sonríen los panes y la pobreza se extiende como el aceite sobre las ciudades, absurdamente.
Sí, así lo he querido, como alguien me dijo hace no mucho: ¿vos hiciste siempre lo que quisiste, no es cierto?
Sí, efectivamente, qué más que responder a la verdad, a secas, para que el otro se bañe. Sí, así:
Reservarse, preservarse, conservarse, dominarse.
En medio del silencio caminan las palabras y se van de costado a costado y a veces se enfrentan a mí,
No estoy.
Ya sé que me estás viendo y tu mano quisiera salir a la mías, no para conducirse ni protegerse y la verdad que bien no sé para qué.
Perdón, ignorante, lo sé.
¿Callaré por eso?
Estado es, dejarse de embromar, ese aire que corre antes de las navidades plagadas de ausencia,
Ausentes en el supermercado automático bajando envoltorios con codicia, sin dudas, entre dudas, pero inmediato: apenas alguien se acerca. Malvada codicia, malvada codicia,
Será también la mía de no aceptar lo que tengo mirando lo que me falta, viendo al fin, mi vergonzosa riqueza.
Saber que lo eres te condena a tu fuerza, la que ejerces, las cabezas extrañan los cuerpos que separa la guillotina, te miras en el espejo sangriento de la hoja de acero pulido, por ahí pasó la vida de muchos, de a uno, la mía también.
Pero no había voz, ni vos como le decimos al tú en mí amada patria de locos surreales donde los débiles emigran para salvarse de madre tan horrenda,
Aquí donde gobierna el padre caos, donde el verde se intercala de arena y los caballos se hacen fuertes para el camino que requiere paso largo y paciente,
Padre de nuestros músculos, magnífico,
Tierra del grano donde sonríen los panes y la pobreza se extiende como el aceite sobre las ciudades, absurdamente.
Sí, así lo he querido, como alguien me dijo hace no mucho: ¿vos hiciste siempre lo que quisiste, no es cierto?
Sí, efectivamente, qué más que responder a la verdad, a secas, para que el otro se bañe. Sí, así:
Solo, será una noche en el puerto de Olivos, una botella de champaña bien helada de extra brut, sentado en el espigón al borde del agua,
Le devolveremos al agua su jugo a ver si por milagro lava el río que vamos ensuciando dedicadamente, como en el madurar, con la vida, lo hacemos hasta que aprendemos a desprendernos de todo,
Nos salvaremos, como la burbuja que ilumina el gusto de resonancias mapeando, bendita geografía de lo poético, tan vario,
Perdona estas letras.
Alzaré la cara al horizonte donde no hay nada, oscuro, infinito, como una calle abierta a la muerte donde el olvido es imposible,
Brindaré con mis fantasmas y guías, beberé de la noche sin emborracharme y fresco me levantaré hasta que alguien me invoque,
Volveré temprano, de las casas iluminadas donde ríen los árboles y los niños se llenan de postre, una palmada de infancia perdida saldrá, como lo que ya no es, dolorosa y clemente.
No estuviste solo amigo..............tu amiga yo, no te olvida...tu amiga yo, viaja lejos ...tu amiga yo te quiere mucho...A tu amiga yo le gusta como escribes y por eso te lee siempre. Hasta el alma leo...soy brujaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaa...jejeeeeeeeeeee
Gracias Dalia, amiga :)