Ricardo Marcenaro bitácora - De una pitada.

Posted by Ricardo Marcenaro | Posted in | Posted on 1:41




Ambulancia y más ambulancias, bomberos, sirenas: detesto diciembre y sus “Fiestas”
Siempre me pasó una cosa, no entendía como la gente aprovechaba para sacarse, como con día de permiso.
A mí ni se me ocurría, me daba el permiso cada día de mi vida y así he ido optando hasta ahora que me tienen aquí en frente a ustedes.
Vivo a dos cuadras de un hospital, este año no hay explosiones, hay sirenas.
A veces intuyo que hay una multitud de desesperados, despistados, desgraciados, desangelados, suicidándose antes de supuesta meta, un 24 o un 31, dos números por los cuales se puede sucumbir.
Gente que se mueve, gente que huye, parejas que se disuelven y encuentros encantadores, todo a la vez, la vida muta rápidamente, llena de emoción para quien mira a la cara con sus manos libres y abiertas, para seguir construyendo.
Entre sirenas va la noche, imagino hileras de bancos con familiares compungidos que quisieran estar en otro lado, ese olor a la asepsia con que en los pasillos brillantes e iluminados fríamente, vida o muerte juegan su partida.
No puede faltar en la calle alguna alarma que se suelta como un perro rabioso y enronquecido que no puede parar.
Llevo mi mano al bolsillo, extraigo el paquete, saco uno, entre mis dedos lo hablando para que tenga la relación de entrada de aire que gusto, fuego, cara iluminada apuntando al pecho, pasa un perro que me mira, doy la pitada inicial, siento que en ese mismo acto han muerto muchos a la vez, como un día moriré, de una pitada.

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