Poesía: Ricardo Marcenaro - Construcción - Con bitácora
Posted by Ricardo Marcenaro | Posted in Poesía: Ricardo Marcenaro - Construcción - Con bitácora | Posted on 21:00
Construcción
Clave palabra empezó
Tanteando el pulso
A letra, por descubrir,
Y ya no paró, dudó,
¿por aquí?, ¿por allí?,
El minuto preciso,
Espacio, despacio,
Cauto, corto, tentar,
Llave, raja de luz,
Oído de perro, uva,
Radio entontecida,
Este insoportable
Zumbar del oído,
Cigarrillo veloz,
Humo de sol negro,
Eclipse de lámpara,
Salto de estilo, boca
Que palpa palabras
En mudo, una dos tres
Así y así detrás de la una
La otra, mi otro, ¿dónde?
Cuando el poema pregunta.
¿Dónde? ¿Dónde? ¿Dónde?
Palabra a gota sobre frente
Visión de yunque aparecer
Tecla a tecla cla clac clac
El fruto seco del reloj,
Retumbo, espalda terciando
Las distancias inabarcables
Del sentido del roto eco,
Del paño mapa, del lápiz,
Del ave que pasa, pagando,
Apagando, ya, sin duda.
Ricardo Marcenaro
Los poemas no se explican y este es más que claro en describir el proceso tentativo de la construcción del poema, su descripción en instante mismo.
Escribo desde los trece años y tengo 56, a los 17 fui al taller de Sigfrido Radaelli, luego me hice colaborador de él, amigo, fundé el grupo "Un Tercio de vida" de poesía combinada con músicos, estaban en el Estela Di Cola, Marcos Britos, Poetas, Guillermo Azzi Losada, Miguel Guerrico, Músicos, pasó por él Sergio Bizzio escritor y director de cine que como todos nosotros, hacíamos nuestros primeros palotes, habían otros escritores, el tiempo ha borrado sus nombres, la data está entre mis papeles como las grabaciones en cintas de grabador.
En esa época trabajaba corrigiendo y corrigiendo, 6 a 8 horas más o menos más el vivir de un pibe de esa edad, lleno de asombro, ideales, nuevos conocimientos, mujeres, sexo, ir de aquí para allá, vivir de noche, soñar intenso.
Nunca me gustó como escribo.
Escuchar mis grabaciones de esa época, imposible, no me soporto, escuchar la de mis compañeros, si, me gustó.
Un día, ya grande me lo encuentro a Guillermo, creo que se llamaba, quien nos prestaba unas guitarras acústicas y unas cámaras eco que hacían de nuestra música algo decente, de lujo.
Le comenté esto, de no poder escucharme, de odiar como escribo.
Él me dijo:
"Ricardo, por lo menos, nosotros, tratamos de hacer algo."
Vino el proceso militar, imposible hacer nada, la vida caminó, casamiento, tres hijos, el dolor inmenso de no poder ejercer arte alguno, escribir de vez en cuando pero siempre en el pensamiento, el sentimiento, el Ser, ser poeta ante todo.
Me hace pensar en esto, escribir directo sobre esta ventana que ustedes verán como bitácora, palabra de capitán que ha dirigido como puede su barco de la vida:
que me gusta este poema y algunos poemas que he escrito en el curso de estos dos últimos años.
Pensaba que terminaría mi vida, era un plan que tenía como fantasía, que cuando por anciano no pudiese más esculpir los tamaños grandes y pesados que mi cuerpo me pide desde el alma, me pondría a la silla, a intentar un por ver si por fin la gracia de algo sólido.
Estoy contento porque en todo lo que la gente ha visto de mí, habiendo quemado, tirado, guardado tanto, siempre ha habio un lenguaje propio, siempre traté de ser yo y no imitar a nadie, no es una cuestión de ego, es una cuestión de averiguarme, que para eso es el arte.
Pienso, 43 años intentando e intentando, a veces con esperanzas, siempre desilusionado en final por mis poemas.
No me pasó eso cuando tuve un programa de radio en la FM de Cachi donde escritos sobre pensamientos me hicieron vislumbrar mejoría, fueron casi dos años de dedicarme a meditar, escribir, ensayar, estar en una entrega total al espíritu, una conquista de paz, de letra hecha.
Luego se confirmó mejoría en comentarios que aún escribo en mi cuenta Capiscum del Diario La Nación y espero en artículos ya netamente periodísticos en algo que estoy por emprender.
Y no está mal no gustarte y trabajar 43 años, no está mal, en el camino abandonan miles y miles de miles.
Por lo menos, con mis desniveles, siempre mi intención ha sido ser serio.
Soy un ave rara, puedo esculpir, pintar, escribir poesía, relatos acerca de lo que hago, pienso, acerca del arte, el espíritu, hacer música que estoy seguro y en eso trabajaré en este año, he diseñado muebles de arte, piezas únicas que aún hago a pedido, han sido publicada algunas en Argentina e Inglaterra, he sido un buen decorador, soy en final un artista del medioevo, donde ciencias y artes se hermanaban como amantes.
43 años de pegarle al clavo para que entre en la carne de la letra, quizás un centímetro, pero leí este centímetro de poema Construcción y tuve la suerte de unos minutos de felicidad.
Mañana, quizás,
en la relectura,
ya no piense lo mismo.
Pero nadie me saca esa conciencia de que me estoy acercando cada vez más.
Ricardo Marcenaro
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