Ricardo Marcenaro bitácora - Descarguita - Visita de Marco - Amigo del Facebook venido de Italia
Posted by Ricardo Marcenaro | Posted in Ricardo Marcenaro bitácora - Descarguita - Visita de Marco - Amigo del Facebook venido de Italia | Posted on 14:39
Cabeza de Cristo o de santo Catedral de Amiens
Fui al carnicero, carne picada, economía de guerra.
Me preguntó si me gustaba el picante, amo el picante, me regala un ají jalapeño hermoso, grande, lleno de vida, su carne la de un vegetal sano recién arrancado, se me van a saltar los ojos.
Tienen macetas en un pasillo, solo venden carne.
Luego me trajo una para mostrarme, albahaca, me dio unas hojas, esto masticando una, no es como la que compras en una verdulería, sus hojas son más chicas y finas, estamos a la entrada del otoño, es indescriptible su exquisito sabor que me está refrescando la boca con unos perfumes sublimes.
Necesito comer un poco de carne, otra vez con crisis de peso, no quiero ir a pesarme, el índice pantalón (de la manera que se me caen) indica ocuparse, estoy inapetente.
Arreglo la casa, viene un escultor italiano que conocí por el Facebook, lo acompañará su mujer, me encantó su voz, la de un hombre cálido, algo de agrado ha de venirme bien.
Mi casa es un desastre, descuidada y algo revuelta, como cuando murió mamá, cuando murió el amor que tuve, me hace querer no tocar, cada vez que lo hago aparece algo del otro que me remueve sensaciones, no quiero tener una sensación de más nada, quiero estudiar, escribir, abstraerme, demasiadas sensaciones en mi vida, demasiadas desilusiones también. Sin embargo la flacura tiene que ver con el afecto, no me engaño.
Marco me dijo que no me preocupara, que es su mujer quien quiere ver donde trabajo, él también esculpe, están acostumbrados al ámbito de un artista.
Los voy a llevar al fondo, donde no entra nadie, a que sientan la energía que hay ahí, no conozco a nadie que no se haya quedado sorprendido si no extasiado, según la sensibilidad que tenga. Es lo mejor que puedo mostrarle.
También cocinaré para ellos, yo amo cocinar, creo que hacerlo para alguien es uno de los gestos más grandes de amor que se puede brindar. Veré que invento.
Arreglaba la casa para alguien más. Sin comentarios, quizás, quizás, quizás, como el bolero. Pienso en su hija, se va a doler y nosotros por idiotas…
Otra vez me cansé, me estoy cansando muy rápido, dolores profundos de cabeza me vienen que me piden que corte los cables, que vaya a la cama por una siesta, mis horarios los manda el cansancio y el sueño.
Escribo esto para descansar de Proyecciones IV, ese texto que me sale con agilidad a la vez me exprime, a veces lo debo abandonar porque mi cabeza ni mi cuerpo ya lo resisten, entonces me levanto, lavo algo, acomodo alguna cosa, me refresco y sigo, es como si supiera que estoy cerca de morirme y que no debo permitirme laxitudes ni blanduras de ningún tipo, lo que alcance a hacer o decir, será lo hecho, sin excusas.
Debo apurar, sobreponerme, hacer un esfuerzo máximo. Conozco de eso, lo he hecho muchas veces, puedo caer desmayado en el esfuerzo, siempre me repondré hasta que llegue el día que no, que falte mucho para eso entonces, pues aún no he hecho nada, más allá de todo lo que he hecho, no he hecho nada.
Hay solidez en mi obra de escultor pero en otras áreas que quiero no ha salido lo que busco, quiero hacerlo, lo voy a hacer aunque tenga que enterrarme con mis propias manos.
Estoy muy solo, nadie sabe lo que siento, a nadie le importa demasiado, tampoco es importante, en final ¿qué lo es?
Ricardo Marcenaro
Me preguntó si me gustaba el picante, amo el picante, me regala un ají jalapeño hermoso, grande, lleno de vida, su carne la de un vegetal sano recién arrancado, se me van a saltar los ojos.
Tienen macetas en un pasillo, solo venden carne.
Luego me trajo una para mostrarme, albahaca, me dio unas hojas, esto masticando una, no es como la que compras en una verdulería, sus hojas son más chicas y finas, estamos a la entrada del otoño, es indescriptible su exquisito sabor que me está refrescando la boca con unos perfumes sublimes.
Necesito comer un poco de carne, otra vez con crisis de peso, no quiero ir a pesarme, el índice pantalón (de la manera que se me caen) indica ocuparse, estoy inapetente.
Arreglo la casa, viene un escultor italiano que conocí por el Facebook, lo acompañará su mujer, me encantó su voz, la de un hombre cálido, algo de agrado ha de venirme bien.
Mi casa es un desastre, descuidada y algo revuelta, como cuando murió mamá, cuando murió el amor que tuve, me hace querer no tocar, cada vez que lo hago aparece algo del otro que me remueve sensaciones, no quiero tener una sensación de más nada, quiero estudiar, escribir, abstraerme, demasiadas sensaciones en mi vida, demasiadas desilusiones también. Sin embargo la flacura tiene que ver con el afecto, no me engaño.
Marco me dijo que no me preocupara, que es su mujer quien quiere ver donde trabajo, él también esculpe, están acostumbrados al ámbito de un artista.
Los voy a llevar al fondo, donde no entra nadie, a que sientan la energía que hay ahí, no conozco a nadie que no se haya quedado sorprendido si no extasiado, según la sensibilidad que tenga. Es lo mejor que puedo mostrarle.
También cocinaré para ellos, yo amo cocinar, creo que hacerlo para alguien es uno de los gestos más grandes de amor que se puede brindar. Veré que invento.
Arreglaba la casa para alguien más. Sin comentarios, quizás, quizás, quizás, como el bolero. Pienso en su hija, se va a doler y nosotros por idiotas…
Otra vez me cansé, me estoy cansando muy rápido, dolores profundos de cabeza me vienen que me piden que corte los cables, que vaya a la cama por una siesta, mis horarios los manda el cansancio y el sueño.
Escribo esto para descansar de Proyecciones IV, ese texto que me sale con agilidad a la vez me exprime, a veces lo debo abandonar porque mi cabeza ni mi cuerpo ya lo resisten, entonces me levanto, lavo algo, acomodo alguna cosa, me refresco y sigo, es como si supiera que estoy cerca de morirme y que no debo permitirme laxitudes ni blanduras de ningún tipo, lo que alcance a hacer o decir, será lo hecho, sin excusas.
Debo apurar, sobreponerme, hacer un esfuerzo máximo. Conozco de eso, lo he hecho muchas veces, puedo caer desmayado en el esfuerzo, siempre me repondré hasta que llegue el día que no, que falte mucho para eso entonces, pues aún no he hecho nada, más allá de todo lo que he hecho, no he hecho nada.
Hay solidez en mi obra de escultor pero en otras áreas que quiero no ha salido lo que busco, quiero hacerlo, lo voy a hacer aunque tenga que enterrarme con mis propias manos.
Estoy muy solo, nadie sabe lo que siento, a nadie le importa demasiado, tampoco es importante, en final ¿qué lo es?
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